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The symbolic meanings of each wedding anniversary

Aniversarios de boda y joyería

  • Los símbolos de cada aniversario de boda
A lo largo de los años que pasaron juntos
A lo largo de los años de vida en pareja se construye una complicidad y una complementariedad que nos enriquece cada día.

La celebración de los aniversarios de boda es una tradición presente en muchos países, y algunas de nuestras joyas pueden acompañar simbólicamente este acontecimiento especial. Cada año de unión se asocia con un material —vegetal, animal o mineral—, y a veces también con una flor, un árbol, un metal o una tela, lo que inspira la elección del regalo conmemorativo. Esta celebración puede realizarse en la intimidad de la pareja o convertirse en un evento familiar más amplio. A menudo, es una ocasión para renovar los votos matrimoniales, recordar el camino recorrido juntos y fortalecer los lazos que unen a los cónyuges.

El origen exacto de la lista de aniversarios de boda es incierto. Algunos lo remontan a la época del Imperio romano, cuando se ofrecían presentes a las parejas que alcanzaban los 25 o 50 años de matrimonio. Las bodas de plata celebraban los 25 años de unión, marcados por una corona de plata entregada a la esposa, mientras que los 50 años se honraban con una corona de oro, de donde provienen los términos aún en uso hoy de “bodas de plata” y “bodas de oro”.

La tradición habría perdurado en las regiones germánicas durante la Edad Media, especialmente en Alemania, donde estas celebraciones se arraigaron en las costumbres locales. Posteriormente, se difundió gradualmente por Europa. En Francia, la primera mención del aniversario de matrimonio aparece en la Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, editada entre 1751 y 1772, que lo describe como el aniversario del sacramento religioso del matrimonio.

En 1783, otra obra, Cérémonies et coutumes religieuses de tous les peuples du monde, menciona la costumbre de las bodas de plata y de oro entre los calvinistas, confirmando que esta práctica ya estaba bien establecida en algunas comunidades protestantes.

Durante mucho tiempo limitada a las élites sociales, esta tradición se difundió entre la burguesía inglesa y francesa durante el siglo XIX. Apareció en almanaques y prensa popular, con listas que detallaban los símbolos asociados a cada año de unión, desde el primero hasta el centésimo. Estas listas, a menudo variables según las fuentes y los países, continuaron evolucionando con el tiempo.

Con las décadas, la práctica se democratizó y se amplió incluso a otros tipos de aniversarios: antigüedad en una empresa o administración, compromiso asociativo, carrera artística o política, e incluso duración de un reinado. En cada uno de estos contextos, los símbolos elegidos sirven para marcar el paso del tiempo y honrar la fidelidad, la perseverancia o la memoria.

Los símbolos de cada aniversario de boda

1 año: bodas de algodón

El algodón simboliza la suavidad, la pureza y la flexibilidad de los comienzos de una unión. Es un material ligero, agradable al tacto, pero sorprendentemente resistente, al igual que el amor naciente que se construye con paciencia día tras día. Evoca la ternura compartida, los primeros ajustes y la adaptación mutua. Su blancura también recuerda la inocencia de los primeros impulsos amorosos y la promesa de un futuro que se tejerá juntos.

La pulsera Poseidón
La pulsera Poseidón está diseñado con crisocola y cuero.

2 años: bodas de cuero

El cuero representa la solidez, la flexibilidad y la capacidad de resistencia de un vínculo que se fortalece. Este material, a la vez firme y maleable, evoca una relación que ya ha sabido soportar el desgaste del día a día conservando cierta adaptabilidad. El cuero protege y envuelve, al igual que los gestos de atención dentro de la pareja. Simboliza una relación que empieza a tomar forma, a “envejecer” con el tiempo y que se prepara para enfrentar nuevos desafíos con resiliencia y complicidad.
No trabajamos el cuero de manera directa. Sin embargo, algunas de nuestras joyas, como pulseras o dijes, se ofrecen con cordones de cuero auténtico. Puedes descubrirlos en nuestras colecciones disponibles en nuestro sitio.

3 años: bodas de trigo tierno

Las bodas de trigo tierno representan la prosperidad, el crecimiento y la fertilidad. El trigo tierno, cereal por excelencia que nutre, simboliza los cimientos sólidos que la pareja ha logrado establecer durante estos primeros tres años. Al igual que la tierra que se siembra con cuidado, la relación ha sido cultivada, alimentada y protegida, permitiendo que el amor eche raíces y dé sus primeros frutos. Estas bodas recuerdan que la felicidad conyugal se construye como una cosecha: con paciencia, esfuerzo y atención. El trigo tierno también evoca abundancia, proyectos compartidos y la importancia de formar un hogar que nutra tanto el corazón como el espíritu.

Anillo Melissa
Anillo Melissa con una abeja grabada.

4 años: bodas de cera

La cera es un material maleable que se funde y se transforma con el calor, evocando así la manera en que la pareja evoluciona con el tiempo. Estas bodas simbolizan la capacidad de adaptación, la fluidez de los sentimientos y la necesidad de moldear juntos la relación, año tras año. La cera también remite a las velas, que a menudo se encienden en momentos solemnes o simbólicos: iluminan las celebraciones, marcan instantes de recogimiento y proyectan su luz frágil pero persistente en la oscuridad. Esta llama representa la pasión, el calor de los lazos afectivos y la vigilancia que exige el amor: una llama que debe nutrirse para no vacilar.
En la naturaleza, la cera es producida por las abejas para construir su colmena, lugar de vida colectiva y trabajo solidario. Este paralelismo sugiere que la pareja, al igual que las abejas, construye poco a poco un espacio de seguridad, complicidad y fecundidad, propicio para proyectos comunes y crecimiento compartido.
No ofrecemos cera directamente en nuestro sitio. Sin embargo, se pueden encontrar creaciones que evocan este universo. Por ejemplo, algunas de nuestras joyas destacan a las abejas, estas preciadas productoras de cera. La abeja, símbolo de trabajo constante, prosperidad y conexión con la naturaleza, encarna la cooperación y la riqueza de los ecosistemas. Otra opción es elegir un cabujón de jaspe Bumblebee, también llamado jaspe abejorro, una piedra natural cuyas vibrantes tonalidades de amarillo, naranja y negro recuerdan los colores emblemáticos de la abeja, evocando armonía y energía positiva.

Anillo madera con textura
Anillo madera con textura.

5 años: bodas de madera

Las bodas de madera celebran la solidez, la madurez y el arraigo de la pareja. La madera es un material vivo, natural, a la vez flexible y resistente. Simboliza el crecimiento orgánico, aquel que se desarrolla lenta pero firmemente, a lo largo de las estaciones compartidas. Tras cinco años de vida en común, la relación ha encontrado un ritmo, un anclaje en la vida diaria y una estabilidad duradera. Como un árbol que toma su fuerza de la tierra y se eleva hacia el cielo, la pareja se ha arraigado, ha consolidado sus bases y ahora puede crecer con seguridad. La madera también evoca la calidez del hogar, la construcción conjunta y la capacidad de enfrentar las tormentas juntos.

6 años: bodas de ciprés

Las bodas de ciprés son de las más poéticas y misteriosas. La palabra ciprés hace referencia a una familia de perfumes amaderados y complejos, a menudo compuestos de musgo de roble, pachulí, bergamota y flores. Es una fragancia elegante, profunda y sensual, que evoca la riqueza de las emociones y la intensidad de los sentimientos que se han desarrollado a lo largo de los años.
Estas bodas simbolizan una relación que se ha vuelto más sutil y refinada, donde cada emoción es más matizada, como un aroma que persiste y evoluciona al contacto con el tiempo y la piel. El ciprés, como esencia olfativa derivada de resinas de árboles, sugiere también la durabilidad, la nobleza y la profundidad de un amor maduro. Es una invitación a redescubrir al otro con ojos renovados, a cultivar la maravilla y a explorar juntos la riqueza de un vínculo que se ha vuelto más intenso y personal.

7 años: bodas de lana

Las bodas de lana simbolizan una etapa en la que la calidez, la suavidad y la resiliencia van tejiendo poco a poco un capullo protector alrededor de la pareja. La lana, fibra natural proveniente de la oveja, encarna un amor genuino y auténtico, a veces un poco áspero al tacto —como un suéter viejo que pica, pero del que nunca te desprenderías porque abriga mejor que cualquier otra prenda. Evoca la capacidad de abrigarse mutuamente cuando la vida diaria se vuelve fría, de consolarse en los momentos difíciles.
También es un material que se trabaja con paciencia y cuidado: punto por punto, la historia de la pareja se construye, se teje, combinando solidez y flexibilidad, adaptándose a las formas cambiantes de la vida en pareja.

Anillo amapola
Anillo amapola para los 8 años de matrimonio.

8 años: bodas de amapola

Las bodas de amapola celebran un amor apasionado y vibrante, pero también delicado y efímero. La amapola, con sus pétalos de un rojo intenso y su tallo frágil, evoca tanto la belleza impactante del momento presente como la necesidad de preservarlo.
Símbolo de espontaneidad, ternura y ligereza, esta flor recuerda la importancia de cultivar gestos de cariño, atenciones inesperadas y muestras sinceras de afecto. Nos enseña que el amor, como la amapola en un campo, puede parecer frágil, pero también es capaz de resurgir con esplendor allí donde ya no se esperaba. Las bodas de amapola representan un momento para reafirmar la vitalidad del vínculo, avivar la llama y celebrar la gracia de lo que es raro y valioso.

9 años: aniversario de la loza

Las bodas de loza recuerdan que, incluso después de nueve años de vida en común, el amor puede seguir siendo delicado de manejar. La loza, hermosa pero frágil, simboliza la sutileza del vínculo conyugal, moldeado a lo largo de los años, pero siempre susceptible de agrietarse si no se trata con cuidado.
La elaboración de una pieza de loza requiere tiempo, destreza y mucha paciencia. La tierra no se deja dominar fácilmente, al igual que el matrimonio, que demanda flexibilidad y adaptación ante los imprevistos de la vida. En esta etapa, pueden aparecer tensiones o rutinas, pero no son un final en sí mismas: más bien recuerdan la importancia de mantener el diálogo, de pulir las asperezas sin romper lo que juntos han construido.
Las bodas de loza subrayan así la necesidad de seguir esculpiendo un futuro compartido, incluso en los momentos más frágiles.

10 años: aniversario de hojalata

Diez años de amor, de proyectos y de desafíos superados… Las bodas de hojalata celebran una unión que ha sabido forjarse con el tiempo. La hojalata, un metal maleable pero duradero, representa la capacidad de la pareja para adaptarse sin quebrarse, para evolucionar sin perder su esencia.
Este metal, utilizado con frecuencia para proteger y reforzar otros materiales, simboliza también el papel protector de la relación: una alianza sólida, resistente a los vaivenes del tiempo y de la vida.
Después de una década de vida en común, la unión ha alcanzado una hermosa madurez: ya no es frágil, sino más estable, aunque conserva esa maleabilidad que permite a los esposos seguir ajustándose el uno al otro.
Las bodas de hojalata marcan así un punto de inflexión: el cierre de los comienzos y la entrada en una nueva década de complicidad.

Aretes debajo de las bayas
Aretes Bajo las bayas con coral para los 11 años de matrimonio.

11 años: aniversario de coral

El coral, raro y valioso, evoca a la vez la belleza natural, la protección y la profundidad de un amor con raíces. No es una piedra, sino un ser vivo, frágil y resistente, que crece lentamente en las profundidades del mar, a menudo dentro de un amplio arrecife comunitario. Al igual que la pareja, se desarrolla con el tiempo, con paciencia, alimentado por el equilibrio y la solidaridad.
Las bodas de coral simbolizan un amor maduro, formado por la acumulación de experiencias, la diversidad de emociones y la riqueza de los momentos compartidos. Como los corales que construyen majestuosos ecosistemas, la relación, después de once años, se ha consolidado alrededor de una estructura invisible pero esencial: la complicidad, la memoria compartida y la confianza.
En las tradiciones antiguas, el coral también era un talismán protector, ofrecido a menudo como promesa de un amor duradero. Representa así la fuerza serena del vínculo conyugal que, aunque sensible a las tormentas, perdura gracias a su flexibilidad y a su capacidad de renovarse.

12 años: aniversario de seda

La seda, un material noble y delicado, es el resultado de un largo proceso de transformación. Simboliza la paciencia, la fineza y la elegancia que se adquieren con los años. Al igual que el capullo del gusano de seda, la pareja se ha construido poco a poco, en la intimidad, tejiendo cada hilo de su relación con cuidado y ternura.
Esta fibra natural, a la vez suave y resistente, encarna el equilibrio sutil entre la flexibilidad y la fortaleza, cualidades indispensables para un amor duradero. Se necesitan varios hilos para formar una tela sólida, así como se requiere una multitud de recuerdos, gestos compartidos, concesiones y sentimientos sinceros para construir un vínculo conyugal profundo y lleno de significado.
Las bodas de seda marcan una etapa en la que el amor, ya más fluido y más sutil, irradia una elegancia silenciosa. Celebran una unión que ha alcanzado la madurez, brillante por su complicidad y valiosa por todo lo que ha vivido y tejido.

Anillo de lirio de los valles
Anillo Lirio del Valle, símbolo de los 13 años de matrimonio.

13 años: aniversario del lirio del valle

El lirio del valle, una flor delicada que anuncia el regreso de la primavera, encarna la renovación, la esperanza y la frescura de los sentimientos. Símbolo de pureza, humildad, ternura y bondad, evoca un amor dulce, discreto pero sincero, que sigue floreciendo a pesar del paso de las estaciones.
Las bodas del lirio del valle recuerdan que, incluso después de trece años de vida en común, el amor puede volver a florecer, renovarse y sorprender. Como el lirio del valle, hay que cuidarlo con delicadeza, protegerlo de las inclemencias y darle la luz necesaria para que siga creciendo.
Esta etapa también es un guiño a la buena suerte: la de haberse encontrado, haberse elegido y seguir caminando juntos con confianza y optimismo hacia los años que vienen.

14 años: aniversario de plomo

El plomo, un metal denso, maleable y duradero, representa la fortaleza interior de la pareja, forjada a lo largo de los años y de las pruebas superadas juntos. Menos brillante que otros metales, encarna sin embargo una fuerza serena, una resistencia a toda prueba y la capacidad de transformarse sin quebrarse.
Las bodas de plomo subrayan la importancia de la resiliencia y de la adaptabilidad dentro de la relación: después de catorce años, no es raro haber atravesado tempestades, pero es precisamente ese camino compartido el que ha fortalecido los cimientos del vínculo.
Como el plomo, que antiguamente se utilizaba para proteger o reforzar las construcciones, su amor se ha convertido en un pilar sólido, capaz de sostener el futuro y resistir los imprevistos. Es una ocasión para celebrar la solidez de un lazo construido día a día, con fidelidad, perseverancia y confianza.

Collar Jardín Suspendido
Collar Jardín Suspendido con cuarzo fantasma para los 15 años de matrimonio.

15 años: aniversario de cristal

El cristal, un material noble que combina pureza y brillo, simboliza la transparencia, la sinceridad y la delicadeza de una relación construida con paciencia a lo largo del tiempo. Fuerte y frágil al mismo tiempo, nos recuerda que el amor, incluso después de quince años, debe ser cuidado, respetado y protegido.
El cristal refleja la luz del mismo modo que el amor maduro refleja las experiencias compartidas, los recuerdos tejidos y la claridad de un lazo libre de ilusiones. Este decimoquinto aniversario es un momento precioso para admirar la belleza de todo lo que se ha construido, sin perder la sensibilidad que mantiene viva la conexión.
Es una ocasión para contemplar el brillo de su historia compartida y celebrar una unión luminosa, refinada y siempre vibrante.
Actualmente no ofrecemos joyas con cristal en el sentido estricto, pero existen piedras que se le asemejan, como el cuarzo fantasma, cuya matriz transparente evoca al cristal, con bellas inclusiones doradas o rojizas. Estas formaciones naturales, a veces en forma de velos, puntas o nubes internas, hacen que cada piedra sea única. Otras variedades, como el cuarzo rutilado con sus finos hilos dorados, también evocan la belleza pura y natural del cristal.

Collar Primavera Rosa
Collar Primavera Rosa con zafiro rosa para los 16 años de matrimonio.

16 años: aniversario de zafiro

El zafiro, una piedra preciosa de tonos profundos, se asocia tradicionalmente con la sabiduría, la fidelidad y la paz interior. Encierra la estabilidad y la fuerza serena de un amor que ha sabido atravesar los años con constancia y lealtad.
Este decimosexto año simboliza un vínculo valioso, arraigado en la confianza mutua, donde las emociones se han vuelto más intensas pero también más tranquilas. Al igual que el zafiro, que resiste al paso del tiempo sin perder su brillo, su relación se ha enriquecido con profundidad, respeto y complicidad.
Las bodas de zafiro celebran una unión sincera, en la que el amor ya no es solo pasión, sino también refugio, anclaje y una promesa silenciosa de eternidad.

Anillo rosa
Anillo rosa para los 17 años de matrimonio.

17 años: aniversario de la rosa

La rosa, reina de las flores, encarna el amor en todas sus formas: pasión, ternura, admiración y fidelidad. Al cumplir diecisiete años de matrimonio, su relación evoca una rosa en plena floración, fortalecida por todas las estaciones que ha atravesado. Si la rosa roja simboliza el amor apasionado, otros colores también pueden reflejar los matices de su unión: la rosa blanca representa la pureza, la rosa rosada la gratitud y la dulzura, y la rosa naranja el entusiasmo.
Cada pétalo es como un recuerdo, y cada espina, un obstáculo superado juntos. Son esos contrastes —la belleza y el dolor, la fortaleza y la vulnerabilidad— los que dan riqueza a su historia. Celebrar las bodas de la rosa es honrar la delicadeza y la profundidad de un amor que ha sabido florecer con elegancia y perseverancia.

Aretes Solar
Aretes Solar con turquesa para los 18 años de matrimonio.

18 años: aniversario de turquesa

La turquesa, piedra sagrada en muchas culturas, es aliada de la comunicación sincera, la paz interior y la protección. Después de dieciocho años de vida en común, simboliza un amor sereno, fortalecido por las pruebas, pero siempre abierto a nuevos horizontes.
Su color, entre el cielo y el mar, evoca las amplias posibilidades que aún se presentan: los viajes, los proyectos compartidos, los sueños en pareja. Refleja a una pareja que, tras haber construido bases sólidas, sigue avanzando con confianza y tranquilidad.
Las bodas de turquesa invitan a celebrar una unión que ha sabido crecer en la sinceridad, la complicidad y la bondad, y que se proyecta hacia el futuro con una energía serena pero firme.

19 años: bodas de cretona

La cretona es una tela de algodón gruesa y resistente, muy usada en los hogares para vestir los espacios con suavidad y funcionalidad. Representa una solidez tranquila, una presencia constante que brinda confianza en la vida cotidiana.
Después de diecinueve años de matrimonio, la cretona simboliza un amor tejido con el tiempo, fortalecido por los hábitos compartidos y las pruebas superadas. Es la tela de la vida diaria, de esos días sencillos pero esenciales que dan forma a una historia duradera.
Las bodas de cretona celebran una relación estable, cómoda y fiel, en la que se encuentra protección y consuelo, como en esa tela que envuelve, abriga y perdura.

20 años: bodas de porcelana

La porcelana, noble y luminosa, es a la vez delicada y resistente. Su belleza refinada oculta una sorprendente fortaleza, fruto de un largo proceso de transformación: una cocción lenta y exigente a muy alta temperatura.
Así es también su relación, que a lo largo de dos décadas se ha moldeado, pulido y, en ocasiones, puesto a prueba, pero que ha ganado brillo, matices y profundidad. Cada momento compartido ha contribuido a la fineza de su vínculo.
Las bodas de porcelana representan una etapa significativa, que celebra la belleza madura de un amor que ha sabido mantenerse delicado sin romperse, y la fuerza de una unión alimentada por el cuidado, la paciencia y el respeto mutuo.

Anillo El Pantano que Reflejaba las Estrellas
Anillo El Pantano que Reflejaba las Estrellas con ópalo, símbolo de los 21 años de matrimonio.

21 años: aniversario de bodas de ópalo.

El ópalo es una piedra semipreciosa fascinante, reconocida por su capacidad de descomponer la luz y revelar una infinidad de matices brillantes. Representa de manera perfecta los 21 años de vida en común, llenos de colores cambiantes, reflejos inesperados y emociones intensas. Esta piedra simboliza el amor sincero, pero también la complejidad de los sentimientos y la riqueza de las experiencias compartidas.
Después de más de dos décadas, un matrimonio nunca permanece igual: evoluciona, se transforma, como el ópalo que cambia según el ángulo y la luz. Las bodas de ópalo celebran un amor profundamente vivo, capaz de reflejar todas las tonalidades de la vida en pareja: la ternura, la pasión, las pruebas, la luz y el misterio.

22 años: bodas de bronce.

El bronce, una aleación ancestral de cobre y estaño, es a la vez sólido y maleable, duradero y moldeable. Este material simboliza una unión equilibrada, construida sobre la adaptabilidad, la complementariedad y la resiliencia.
Después de veintidós años, la pareja ha aprendido a escucharse, a hacer concesiones y a fortalecerse mutuamente sin perder su identidad propia.
Al igual que el bronce, que resiste el paso del tiempo y adquiere una hermosa pátina, el matrimonio se enriquece con los años vividos, ganando profundidad y brillo.
Las bodas de bronce rinden homenaje a esa alquimia sutil entre dos almas que han elegido caminar juntas, a pesar de los desafíos y gracias a ellos.

Collar Ojo del Mar
Collar Ojo del Mar con una aguamarina, una gema de la familia del berilo para los 23 años de matrimonio.

23 años: bodas de berilo

El berilo es una piedra preciosa que abarca varias gemas de distintos colores y virtudes reconocidas: la esmeralda, la aguamarina, la morganita, el heliodoro e incluso la goshenita. Esta diversidad simboliza la riqueza de las emociones, de las etapas y de las transformaciones que una pareja atraviesa a lo largo de los años.
Después de veintitrés años de vida en común, el matrimonio se ha llenado de matices: algunos suaves, otros intensos, pero todos valiosos. El berilo representa la solidez de la relación, su transparencia, su fidelidad y su profundidad.
Es una piedra de equilibrio y crecimiento, reflejo de un amor que ha sabido evolucionar, renovarse y profundizar con el paso del tiempo, a través de las pruebas y de los momentos de alegría compartida.

24 años: bodas de satén

El satén, un tejido suave, fluido y luminoso, evoca la dulzura, la intimidad y la elegancia discreta de un amor que ha madurado con gracia. Después de veinticuatro años, la relación se ha refinado: ya no necesita brillos para resplandecer, seduce por su comodidad, su ternura y su sencillez sedosa. El satén simboliza un vínculo sereno, armonioso y refinado, donde los gestos se vuelven más suaves, las miradas más profundas y los silencios más significativos. También representa la belleza tranquila de la rutina compartida, el placer de los pequeños detalles que se han vuelto esenciales. En esta etapa, la pareja ha tejido una complicidad hecha de gestos familiares y respeto mutuo, tan flexible y resistente como esta tela preciosa.

25 años: bodas de plata

Las bodas de plata marcan un momento muy especial en la vida de una pareja. La plata, metal precioso y luminoso sin ser ostentoso, simboliza la pureza, la durabilidad y la fidelidad. Su resistencia al paso del tiempo y a la corrosión evoca una relación que ha sabido enfrentar las pruebas y fortalecerse con los años. Después de un cuarto de siglo de vida compartida, el vínculo se ha vuelto sólido, valioso y radiante, como una joya forjada por la experiencia.

Esta etapa suele ir acompañada de grandes cambios: los hijos a veces dejan el hogar, la llegada a los cincuenta invita a nuevas reflexiones, y algunos descubren la alegría de ser abuelos. Las bodas de plata no solo celebran los años vividos juntos, sino que también abren la puerta a un nuevo capítulo lleno de madurez, complicidad y proyectos compartidos.

Casi todas las joyas de nuestra tienda están elaboradas en plata. Te invitamos cordialmente a explorar nuestra colección y descubrir nuestro trabajo artesanal, creado con pasión y atención al detalle.

Dije El canto de las cigarras
Dije El canto de las cigarras con jade para los 26 años de matrimonio.

26 años: bodas de jade

El jade, piedra venerada durante milenios en Asia por sus virtudes espirituales y protectoras, simboliza la sabiduría, la armonía y la longevidad. Su tono verde, suave y apacible, evoca la esperanza, la renovación y el equilibrio. En esta etapa del matrimonio, la pareja ha encontrado una estabilidad interior y una confianza mutua que se fortalece cada día.
El jade también representa la resiliencia: la capacidad de superar tensiones sin quebrarse y de renovarse sin perder su brillo. Es una piedra asociada a la prosperidad, la paciencia y el amor sincero. Ofrecer o celebrar las bodas de jade significa reconocer la riqueza de un amor profundo, sólido y sostenido por un respeto mutuo duradero.

27 años: bodas de caoba

La caoba es una madera preciosa, apreciada por su belleza natural, su densidad y su durabilidad. Se utiliza frecuentemente en la fabricación de muebles excepcionales, instrumentos musicales u objetos de arte, reflejando un saber hacer refinado. En el contexto del matrimonio, simboliza una unión robusta y elegante, arraigada en el tiempo.
Su tonalidad cálida, que va del marrón rojizo al marrón profundo, evoca la calidez de los sentimientos y la pasión que perdura con los años. La veta fina y homogénea de la caoba ilustra la armonía sutil entre dos personas que han aprendido a conocerse y valorarse en los más mínimos detalles.
Al igual que el árbol de caoba, que crece lenta pero firmemente, desarrollando raíces profundas y un tronco resistente, el amor a los 27 años de matrimonio es un amor maduro, fortalecido por las estaciones de la vida. Resiste las tormentas, conserva su belleza y se enriquece con el tiempo. Es una celebración de la solidez, pero también del refinamiento y de la pasión arraigada.

Aretes El canto de las luciérnagas
Aretes El canto de las luciérnagas con peridoto – asociados con el 28.º aniversario de bodas.

28 años: bodas de níquel

El níquel es un metal conocido por su resistencia, durabilidad y brillo metálico. Lejos de ser solo un material técnico, simboliza una relación que ha sabido mantener su esplendor a lo largo de los años. No se empaña fácilmente, lo que lo convierte en un reflejo perfecto de un amor que no se desgasta con el tiempo.
Sólido sin ser rígido, el níquel también es maleable, capaz de adaptarse sin romperse, al igual que una pareja que ha compartido 28 años de vida juntos, ajustando su dinámica frente a los eventos, desafíos y alegrías compartidas.
Estas bodas destacan la tenacidad del vínculo, su capacidad de resistir la erosión de la vida cotidiana, pero también su brillo interior: ese pequeño fuego que sigue resplandeciendo, discreto pero constante. Celebrar las bodas de níquel es honrar un amor duradero, flexible y fiel, capaz de seguir brillando a pesar del paso de los años.
No trabajamos directamente el níquel en nuestras joyas, conforme a las normas europeas que limitan fuertemente su uso en joyería para prevenir riesgos de alergias. Sin embargo, este metal está presente de manera natural en trazas en varios minerales, donde contribuye a la formación de tonos verdes característicos. Es el caso, por ejemplo, del peridoto, la gaspéita, la serpentina, la crisoprasa, algunas ágatas verdes o la magnesita. El níquel actúa como un agente colorante natural, otorgando a estas piedras una paleta vegetal que va del verde suave al verde manzana, asociada a virtudes de frescura, renovación y equilibrio.

29 años: bodas de terciopelo

Durante 29 años, han llevado su vida de pareja con mano firme y guante de terciopelo: con firmeza cuando es necesario, pero siempre con dulzura. El terciopelo, ese tejido suntuoso y suave al tacto, encarna a la perfección las cualidades de una relación duradera: elegancia, ternura y fuerza tranquila.
Su aparente delicadeza oculta en realidad una resistencia notable. Resiliente y sólido a pesar de su textura mullida, refleja la capacidad de la pareja para atravesar los años con gracia, absorbiendo las asperezas de la vida en común.
Etimológicamente, la palabra “terciopelo” proviene del latín villosus, que significa “cubierto de pelos”. Este tejido único está formado por hilos levantados y compactos, que otorgan a su superficie una suavidad incomparable. Según la orientación de sus fibras, su tono cambia sutilmente, un poco como las dos personas de una pareja, que conservan su individualidad mientras se armonizan entre sí.
Fabricado a partir de algodón, seda, lana, cáñamo o yute, el terciopelo encarna la riqueza de las texturas y experiencias compartidas, una materia reconfortante, reflejo de un amor maduro, que se ha convertido en refugio y fuerza.

Aretes Flor de castaña de agua
Aretes Flor de castaña de agua con perlas, símbolo de los 30 años de matrimonio.

30 años: bodas de perla

Las bodas de perla marcan tres décadas de un amor pulido por el tiempo, al igual que la perla, que se forma lentamente, capa tras capa, en el interior de una concha protectora. Este símbolo evoca la paciencia, la profundidad y la belleza de un amor construido con cuidado.
Como las dos valvas de una ostra, sus caminos se han unido firmemente a lo largo de los años, resguardando en su centro una perla preciosa: su unión, única e irreemplazable.
La perla también encarna la pureza de los sentimientos, la sinceridad del compromiso mutuo y la luz suave que emana de una relación auténtica. Es rara, valiosa, a veces discreta, pero siempre preciada, al igual que el equilibrio sutil que una pareja teje con el paso del tiempo.
Celebrar las bodas de perla es festejar un amor refinado, enriquecido por la experiencia y las pruebas superadas, un amor que se ha convertido en un verdadero tesoro.

31 años: bodas de cordobán

El término “cordobán” se refiere a un cuero flexible obtenido de la piel de oveja curtida con sustancias vegetales, especialmente taninos extraídos de ciertas cortezas. Originario del Medio Oriente, este cuero se ha utilizado durante siglos para la fabricación de encuadernaciones valiosas, cajas, cofres, revestimientos de muebles, o incluso, en usos más antiguos, para conservar alimentos como dátiles o albaricoques secos.
El cordobán es un material noble y singular, apreciado por su flexibilidad, calidez y sus irregularidades naturales: marcas, vetas y variaciones de tono que le confieren un encanto auténtico.
Simboliza perfectamente una relación de 31 años: un amor que ha sabido moldearse con el tiempo, integrando pruebas, diferencias e imperfecciones. Así como el cordobán revela su belleza en sus asperezas, su pareja ha encontrado su riqueza en la adaptación, la resiliencia y la ternura duradera. El cordobán, suave y resistente a la vez, evoca también la comodidad de una intimidad profunda, forjada a lo largo del tiempo.

Anillo Rosa de fuego
Anillo Rosa de fuego en cobre para los 32 años de matrimonio.

32 años: bodas de cobre

El cobre es un metal cálido, maleable y brillante, cuyo tono rojizo evoca pasión, energía y vitalidad. Usado desde la Antigüedad, se asocia tanto con la transmisión de energía (en la electricidad como en la simbología alquímica) como con la durabilidad.
En la pareja, el cobre representa un amor radiante, cálido y siempre vivo, a pesar de las décadas transcurridas. Al igual que este metal que brilla cuando se le cuida, su relación requiere atención, gestos tiernos y creatividad. Si se descuida, el cobre se oxida poco a poco y pierde su brillo. Lo mismo ocurre con un matrimonio: sin cuidado, la rutina puede opacar los lazos.
Las bodas de cobre son, por tanto, una invitación a reavivar la pasión, mantener la complicidad y celebrar la llama que perdura y aún puede iluminar la vida cotidiana. Un recordatorio suave pero esencial: el amor, como el cobre, mantiene todo su valor cuando se sigue cultivando.
Hemos creado algunas joyas en cobre, que pueden descubrir en nuestro catálogo. Este metal cálido, con reflejos rojizos y brillo natural, atrae por su estética pura y su vínculo ancestral con las artes decorativas. Más allá de su uso como metal, el cobre también es un componente natural de varias piedras utilizadas en joyería. Es responsable de los tonos característicos de minerales como la cuprita, la malaquita, la crisocola, la turquesa o incluso la heliolita. En estas gemas, el cobre genera colores que van del verde intenso al azul profundo, otorgando a cada piedra una firma visual única. Así, incluso cuando no se usa directamente en forma metálica, el cobre está íntimamente ligado al universo mineral de la joyería.

33 años: bodas de pórfido

El pórfido es una roca volcánica densa y extremadamente resistente, conocida desde la Antigüedad por su color profundo, a menudo púrpura o rojo oscuro, y por su nobleza. Esta piedra rara estaba antaño reservada a la realeza: en Egipto, Roma o Bizancio se utilizaba para erigir columnas, sarcófagos imperiales o suelos de palacios.
Símbolo de poder, resistencia y dignidad, el pórfido refleja con precisión la solidez de un matrimonio que ha durado 33 años. Su unión, al igual que esta roca formada por el fuego y el tiempo, se ha construido sobre bases firmes, capaces de resistir los sacudimientos de la vida.
Es cierto que la pasión inicial puede haberse suavizado con el tiempo, pero eso no significa que haya desaparecido. Este aniversario es la ocasión perfecta para reavivar los impulsos del corazón, para recuperar la fuerza tranquila de un amor que ya ha vivido mucho y que aún tiene mucho por ofrecer. Como el pórfido, su vínculo no ha perdido nada de su profundidad.

Collar El ojo de la tierra
Collar El ojo de la tierra con ámbar para los 34 años de matrimonio.

34 años: bodas de ámbar

A veces se dice que “el ámbar guarda en sí la memoria del mundo”. Piedra orgánica formada a partir de la resina fosilizada de árboles antiguos, el ámbar es a la vez luz y tiempo cristalizado. A veces contiene fragmentos de un pasado lejano: insectos, hojas, burbujas de aire atrapadas en la materia durante millones de años.
Para una pareja, celebrar las bodas de ámbar es honrar esa memoria compartida: los recuerdos acumulados, los gestos tiernos, las palabras intercambiadas día tras día. El ámbar encarna la calidez de un amor preservado, dorado por los años, que se ha vuelto más dulce y más luminoso.
Así como esta resina protege y conserva, su relación ha sabido atravesar el tiempo manteniendo viva la esencia misma de lo que los une. El ámbar también simboliza la serenidad, la sabiduría y la capacidad de transformar las heridas del pasado en belleza interior.
A los 34 años de matrimonio, es la luz íntima de su historia la que irradia, sutil y preciosa.

Aretes La rosa de oriente
Aretes La rosa de oriente con rubí para los 35 años de matrimonio.

35 años: bodas de rubí

Las bodas de rubí simbolizan 35 años de amor y fidelidad. El rubí, piedra preciosa de un rojo profundo, encarna la pasión ardiente, la fuerza y la longevidad de la pareja. ¿Qué color se asocia de manera espontánea con el amor y la pasión? ¡El rojo intenso, por supuesto! Y este tono, tan intenso y raro en el mundo mineral, convierte al rubí en una joya excepcional, rey indiscutible de las gemas de color.
Desde la Antigüedad, esta piedra se ha relacionado con la vitalidad del corazón y el fuego interior. Los hindúes lo llamaban “ratnaraj”, es decir, “rey de las piedras preciosas”, y creían que protegía los sentimientos sinceros. Sólido, puro y de un brillo cautivador, refleja un amor inalterable que ha atravesado los años sin debilitarsi.
El rubí también es conocido por reavivar la llama de la pasión: según ciertas tradiciones, estimularía la circulación sanguínea y potenciaría la energía del deseo. Llevar uno significa celebrar el fuego que aún arde después de todos estos años, un fuego que solo espera volver a danzar.
Este rojo apasionado, símbolo de una felicidad vivida y compartida, corona con esplendor 35 años de un amor fiel y profundamente arraigado.

36 años: bodas de muselina

En muchas tradiciones, la muselina se utiliza para velos u otros adornos durante ceremonias religiosas. A menudo simboliza la conexión entre lo divino y lo humano, un recordatorio de que el matrimonio también es una unión espiritual. Este año, sus bodas se celebran bajo el signo de la ternura, la delicadeza y la voluptuosidad.
Tela vaporosa, casi intangible, la muselina evoca la ligereza de los sentimientos sinceros y la suavidad de los gestos compartidos. Su transparencia deja filtrar la luz, al igual que los años permiten vislumbrar la profundidad de un vínculo tejido día tras día con cuidado y afecto.
Usada en vestidos de novia o en telas preciosas, la muselina, ya sea de seda o de algodón, se desliza entre los dedos como un susurro de amor. A los 36 años de matrimonio, invita a la caricia, al recuerdo de un primer abrazo, pero también a la promesa de una ternura renovada.
Recuerda que, en una unión duradera, a menudo son los gestos más sutiles y las atenciones más discretas los que mantienen viva la magia.

Anillo Origami
Anillo Origami, evocando el papel, símbolo de los 37 años de matrimonio.

37 años: bodas de papel

El papel, a la vez delicado y resistente, simboliza la naturaleza evolutiva y la fuerza resiliente de un amor que ha perdurado casi cuatro décadas. Un papel fino representa la fragilidad del sentimiento amoroso, recordándonos que nada está jamás totalmente asegurado.
Pero el papel no es solo un soporte frágil: también es un vehículo de memoria, transmisión y creación. Porta palabras de amor escritas a mano, cartas intercambiadas, páginas de un diario íntimo o fotografías pegadas en un álbum. Con el tiempo, se amarillea, se patina, pero conserva en sí las huellas de lo vivido.
Al igual que la pareja, se adapta, se pliega sin romperse, puede arrugarse pero también volver a enderezarse con cuidado. Este año, su amor se celebra bajo el signo de la sencillez, la ternura y el legado silencioso de los recuerdos compartidos, como las páginas de un libro que se recorren juntos.
No ofrecemos joyería de papel en nuestro sitio, pero hemos explorado el tema del origami, el famoso arte japonés del plegado de papel, a través de algunas de nuestras creaciones. Entre ellas se encuentra, por ejemplo, un anillo llamado «Origami», que evoca la pureza y la elegancia de las formas plegadas, así como otra pieza titulada «La leyenda de las mil grullas», en homenaje a una tradición japonesa según la cual mil grullas de papel pueden conceder un deseo.

38 años: bodas de mercurio

Mercurio, el mensajero alado de los dioses en la mitología romana, simboliza la comunicación, la movilidad y la inteligencia viva. El mercurio es también ese metal plateado, misterioso y fascinante, el único que es líquido a temperatura ambiente. Representa la flexibilidad, la adaptabilidad y, al mismo tiempo, el brillo de una relación que ha sabido mantener su movimiento y energía a pesar de los años.
Volátil e inasible, el mercurio recuerda que el amor nunca está congelado, que evoluciona, se ajusta y encuentra nuevos caminos. Representa la capacidad de una pareja para adaptarse a los cambios y atravesar los ciclos de la vida manteniéndose fluida y unida.
Antiguamente usado en instrumentos de medición, el mercurio permitía indicar la temperatura, la presión y las variaciones… Es la imagen de una pareja después de 38 años: capaz de percibir, anticipar y ajustarse para mantener la armonía.
Se trata de unas bodas llenas de matices, que evocan la sutileza de la comunicación, la movilidad de los sentimientos y la belleza de una complicidad que aún fluye, brillante, entre dos seres en armonía.

39 años: bodas de crepé

Del latín crispus, el crepé es una tela cuyas fibras se trabajan, se deforman y luego se tejen para obtener una textura ondulada, ligeramente granulada. El crepé de seda, en particular, es muy apreciado en la alta costura y en la confección de vestidos de novia, gracias a su fluidez, su caída elegante y su sutileza al tacto. Simboliza tanto la suavidad y la delicadeza como la capacidad de adaptarse sin arrugarse.
Esta tela, a veces con superficie irregular, evoca las asperezas de la vida conyugal: esos pequeños relieves, nudos y sorpresas que la pareja ha aprendido a manejar juntos. Cuantos más años pasan, más se fortalecen los lazos tejidos, entrelazándose y formando una materia resistente y cargada de significado.
Las bodas de crepé, que celebran 39 años de matrimonio, rinden homenaje a la resiliencia y flexibilidad de un amor maduro. Esta tela, aparentemente frágil, esconde en realidad una solidez sutil, al igual que una pareja que, a pesar de las pruebas, ha sabido mantener su elegancia, armonía y complicidad.

40 años: bodas de esmeralda

La esmeralda, piedra preciosa de un verde intenso, encarna la profundidad, la estabilidad y la rareza de un amor que ha sabido atravesar cuatro décadas. Desde la Antigüedad, se le asocia con la fidelidad, la sabiduría del corazón y la regeneración de los sentimientos. Se dice que Cleopatra llevaba esmeraldas como talismanes de amor y clarividencia, y que esta gema favorecía la percepción de las emociones.
Símbolo de la constancia en la renovación, la esmeralda evoca un amor duradero, enriquecido por la experiencia y el conocimiento mutuo. Así como esta piedra puede mostrar inclusiones internas —llamadas "jardines", que no restan belleza sino que atestiguan su historia—, la pareja que celebra 40 años de matrimonio lleva consigo las huellas de un largo camino compartido, rico y auténtico.
Las bodas de esmeralda reflejan, por tanto, un amor precioso, moldeado por el tiempo, arraigado en la confianza y resplandeciente con una luz interior, al igual que esta fascinante gema admirada por su rareza y simbolismo.

41 años: bodas de hierro

Estas bodas simbolizan la solidez, la firmeza y la resistencia de una unión que ha sabido atravesar los años con fuerza y tenacidad. Al igual que el hierro, material robusto e indispensable, la pareja ha demostrado su capacidad para enfrentar pruebas, superar tensiones y fortalecerse con el tiempo. El hierro encarna el poder, el valor y la disciplina. También es maleable cuando se trabaja con cuidado, recordando que el amor, para perdurar, necesita ser moldeado, mantenido y respetado. Al igual que el hierro que puede oxidarse si se descuida, la relación requiere atención continua para conservar su fuerza interior y su brillo cotidiano.

Anillo Azul de los mares
Anillo Azul de los mares con un cabujón de nácar para los 42 años de matrimonio.

42 años: bodas de nácar

Las bodas de nácar celebran la dulzura, la paciencia y la belleza que nace con el tiempo. Formada lentamente en el interior de una concha, la nácar es el fruto de un proceso similar al amor que se profundiza año tras año. Sus reflejos iridiscentes evocan las múltiples facetas de una pareja madura. Simboliza la ternura, la protección y un amor seguro. Aunque pueda parecer frágil, es duradera y resistente, conservando su brillo con gracia. Estas bodas recuerdan que, en una relación, la delicadeza y la atención mutua son fuerzas preciosas que permiten atravesar las décadas manteniendo la luz y la belleza del vínculo.

43 años: bodas de franela

Las bodas de franela celebran la calidez reconfortante y la ternura duradera que envuelven a una pareja después de más de cuatro décadas de vida en común. Tela suave y mullida, la franela evoca el refugio que los cónyuges han sabido construir con el tiempo. Recuerda los gestos cotidianos, la dulzura de las rutinas compartidas, los silencios cómplices y los impulsos espontáneos. Detrás de su textura acogedora, la franela también demuestra resistencia, soportando el paso del tiempo sin arrugarse. Simboliza así la fuerza tranquila del vínculo conyugal, hecho de confort, paciencia y solidez, que sigue calentando el corazón a pesar de las estaciones de la vida.

44 años: bodas de topacio

Las bodas de topacio rinden homenaje al brillo de un amor probado y afirmado. Piedra preciosa de múltiples tonalidades —a menudo dorada, pero también azul o rosada—, el topacio encarna la fidelidad, la lealtad y la claridad de los sentimientos. En muchas tradiciones, se le asocia con la inspiración, la sabiduría y se cree que ofrece a quien lo porta un espíritu lúcido y un corazón abierto. Invita a superar los prejuicios, evitar tensiones y cultivar la transparencia en la pareja. Su dureza lo convierte en una gema resistente, que mantiene su belleza a pesar del paso del tiempo. Al igual que un matrimonio de 44 años, el topacio es a la vez brillante, estable y precioso, reflejo de un amor madurado con sinceridad y benevolencia.

45 años: bodas de vermeil

Las bodas de vermeil representan una etapa preciosa y luminosa en la vida de pareja. El vermeil, aleación refinada de plata cubierta de oro, encarna tanto la solidez como el resplandor: la plata simboliza la sabiduría adquirida, la estabilidad y la experiencia compartida, mientras que el oro representa la pasión, la calidez del corazón y la riqueza emocional. Tras cuarenta y cinco años de construir, afrontar y amar juntos, la pareja brilla con un resplandor único, fruto de un amor profundamente arraigado. El vermeil también evoca una belleza que resiste el paso del tiempo, una alianza entre robustez y delicadeza, entre lo esencial y el adorno. Estas bodas celebran un amor maduro, armonioso, capaz de irradiar todavía, con elegancia e intensidad.

46 años: bodas de lavanda

Las bodas de lavanda son un homenaje a la dulzura, la serenidad y la ternura de los días compartidos. La lavanda, con su color violeta y matices sutiles, ha sido durante mucho tiempo un símbolo de paz interior, fidelidad y pureza del corazón. Evoca recuerdos perfumados, gestos discretos pero profundos, y los lazos invisibles que se tejen con el paso del tiempo. Su aroma calmante recuerda la presencia constante del otro, esa calidez familiar y reconfortante que envuelve tanto los días sencillos como los más difíciles. Así como la lavanda florece cada verano, el amor que los une desde hace 46 años ha sabido renovarse sin perder profundidad. Estas bodas celebran un amor duradero, íntimo y siempre vivo, un vínculo arraigado en la constancia, la complicidad y el respeto silencioso.

Anillo En la ruta de la seda
Anillo En la ruta de la seda, con un motivo conocido como cachemira, una alternativa para un regalo de 47 años de matrimonio.

47 años: bodas de cachemira

El cachemir, fibra preciosa y delicada, proviene del vellón de las cabras que habitan las altas regiones del Cachemira, donde las condiciones extremas dan lugar a un material de suavidad incomparable. Cada hilo se selecciona con cuidado y se teje con paciencia para crear una tela cálida, flexible y lujosa. Al igual que un amor construido con el tiempo, evoca ternura, calor afectivo y esa cualidad rara que solo una larga intimidad puede generar. Las bodas de cachemir celebran un vínculo sutil pero profundamente arraigado, un refugio protector moldeado por los años. Es la imagen de un amor que se ha convertido en abrigo, a la vez suave y resistente, flexible y fiel, precioso sin ostentación. Como el cachemir, que gana nobleza cuanto más se usa, el amor de 47 años se viste de una elegancia tranquila, fruto de la experiencia y del cuidado mutuo.
No utilizamos cachemir en la fabricación de nuestras joyas, pero puedes descubrir en nuestra colección diseños paisley, también llamados motivos cachemir. Estos dibujos en forma de gota o hoja estilizada tienen su origen en el arte textil iraní, y se difundieron hacia India y luego Europa. Tradicionalmente impresos o bordados en chales, corbatas o pañuelos de tela persa, estos motivos están cargados de simbolismo, representando a menudo la vida, la fertilidad o la eternidad.
Una joya decorada con un motivo paisley puede ser así una alternativa original y llena de significado para celebrar los 47 años de matrimonio, tradicionalmente asociados al cachemir en ciertas tradiciones francesas.

Anillo A la sombra del ciruelo en flor
Anillo A la sombra del ciruelo en flor con una amatista para celebrar los 48 años de matrimonio.

48 años: bodas de amatista

La amatista, gema violeta de reflejos sutiles, es una piedra cargada de espiritualidad, calma y lucidez. Su nombre, proveniente del griego antiguo amethystos, significa “no embriagado”, y se decía que protegía de los excesos y mantenía la claridad mental. Después de 48 años de unión, este simbolismo cobra pleno sentido: la pareja ha sabido mantener la cabeza fría ante las tormentas, cultivar la serenidad y construir un amor basado en la comprensión mutua. La amatista también es la piedra de la sabiduría, la tranquilidad y la intuición, cualidades que nutren una relación madura. Al celebrar las bodas de amatista, los esposos honran un amor iluminado, profundo, casi meditativo, donde la fuerza interior prevalece sobre las apariencias y cada mirada compartida resuena con la paz y la profundidad del vínculo compartido.

49 años: bodas de cedro

El cedro, árbol majestuoso y milenario, encarna a la perfección la fuerza serena de un amor arraigado en el tiempo. Utilizado desde la Antigüedad para construir templos, navíos y palacios, simboliza la grandeza, la sabiduría y la resistencia a los embates del tiempo. Debido a su crecimiento lento, su estatura imponente y su longevidad excepcional, se ha convertido en un emblema universal de estabilidad y nobleza. Como señalaba Orígenes en el siglo II: «El cedro no se pudre; hacer del cedro las vigas de nuestras moradas es preservar el alma de la corrupción.» De la misma manera, una pareja que celebra 49 años de matrimonio ha sabido construir un hogar interior sólido, protegido de las tempestades. El aroma amaderado del cedro, a la vez calmante y protector, evoca esa atmósfera serena que desprende un amor duradero. Resistente a parásitos, al viento y a la lluvia, el cedro también recuerda la capacidad de la pareja para protegerse de influencias externas, permaneciendo unida y viva, en un equilibrio arraigado y armonioso.

Collar Sol Azteca
Collar Sol Azteca en oro para los 50 años de matrimonio.

50 años: bodas de oro

El oro, metal solar, precioso e incorruptible, corona medio siglo de unión con esplendor. Inalterable, no se oxida ni pierde su brillo con los años, tal como el amor celebrado en estas bodas. El oro evoca tanto la riqueza interior, la pureza de los sentimientos como la intemporalidad de un compromiso profundo. Símbolo universal de luz, abundancia y sabiduría, marca la entrada a una forma de madurez brillante, fruto de un camino compartido lleno de alegrías, desafíos, crecimiento y fidelidad. Celebrar las bodas de oro es rendir homenaje a una historia de vida común forjada con paciencia y fe, y reconocer que el amor, cuando se cuida, se convierte en un tesoro invaluable. Al igual que los anillos dorados que rodean los dedos de los esposos, este vínculo, sellado hace cincuenta años, no ha perdido su brillo; al contrario, se ha convertido en la expresión más plena de la solidez afectiva y de la belleza de un amor duradero.

 

Aretes Camelia
Aretes Camelia, símbolo de los 51 años de matrimonio.

51 años: Bodas de camelia

El camelia, flor de elegancia discreta pero radiante, simboliza la gratitud, la admiración y el afecto profundo. En las bodas de camelia, la pareja expresa un reconocimiento mutuo por el amor cultivado a lo largo de los años y los lazos tejidos con cuidado. Ofrecer una camelia, en el lenguaje de las flores, equivale a decir silenciosamente: «Eres perfecto(a) a mis ojos». Esta flor delicada, capaz de florecer incluso en invierno, encarna la gracia de un amor que resiste los fríos del tiempo y que sigue floreciendo a pesar de las estaciones transcurridas. Su belleza sobria y su follaje persistente reflejan una relación madura, fiel y armoniosa. Celebrar 51 años de matrimonio bajo el signo de la camelia es rendir homenaje a una historia de amor llena de respeto, refinamiento y asombro mutuo.

Anillo Rosa de te
Anillo Rosa de te con una turmalina para celebrar los 52 años de matrimonio.

52 años: bodas de turmalina

La turmalina, piedra de innumerables tonalidades, es conocida por sus propiedades de armonía, protección y regulación emocional. Celebrar las bodas de turmalina significa honrar una unión que, a lo largo de las décadas, se ha enriquecido con múltiples matices, como esta gema que puede ser verde, rosa, negra o multicolor. Cada variación de la turmalina narra una faceta distinta del amor: la ternura, la pasión, la sabiduría, la complicidad y la resiliencia. Esta piedra también es reconocida por absorber las energías negativas y favorecer el arraigo, cualidades indispensables para atravesar los altibajos de la vida conyugal. Así, tras 52 años compartidos, la pareja se asemeja a una obra de orfebrería: pacientemente cincelada por las experiencias, fortalecida por sus diferencias y preciosa en su complejidad. Al igual que la turmalina, este amor múltiple se ha convertido en un talismán protector, un referente sólido y resplandeciente.

53 años: bodas de cerezo silvestre

Como la madera del cerezo silvestre es a la vez dura, fina y elegante, simboliza la solidez, la nobleza y la longevidad de un amor que ha sabido atravesar el tiempo. También llamado cerezo de bosque o cerezo de pájaros, el cerezo silvestre es un árbol rústico y resistente, capaz de crecer en condiciones diversas. No es casualidad que se elija para representar más de medio siglo de unión. La madera que proporciona es muy apreciada en la ebanistería por su calidez, su pátina con el paso del tiempo y su capacidad de mejorar con la edad, al igual que el amor de una pareja después de 53 años de vida en común. Su floración primaveral, delicada y efímera, recuerda que incluso en la madurez, la admiración y la belleza compartida siguen siendo esenciales. Estas bodas evocan un amor arraigado, fuerte y siempre capaz de abrirse a la luz.

54 años: bodas de visón

La marta, un pequeño mustélido originario de los bosques boreales de Siberia, es famosa por su pelaje de suavidad incomparable, considerado durante siglos uno de los más lujosos del mundo. Celebrar 54 años de matrimonio bajo el signo de la marta es rendir homenaje a un amor raro, precioso, sedoso y protector. Así como el pelaje de la marta inspira a los grandes diseñadores y atraviesa los siglos sin perder su esplendor, su relación ha sabido desarrollarse con gracia, delicadeza y constancia. Pero tras esa suavidad aparente se esconde un animal resistente, ágil, prudente y resiliente, capaz de sobrevivir a los rigores del invierno. A imagen de esta criatura discreta pero fuerte, la pareja que alcanza esta etapa ha demostrado inteligencia emocional, adaptabilidad frente a los avatares y una fidelidad notable.
Estas bodas encarnan, por tanto, la calidez del hogar, la profundidad de un vínculo tejido con paciencia y la belleza preciosa de un amor que se ha refinado con el tiempo hasta convertirse en una materia noble, a la vez suave y resistente.

55 años: bodas de orquídea

Considerada en Japón como la expresión de la pasión suprema, la orquídea simboliza un amor refinado, profundo y siempre vivo. Evoca la seducción, la belleza rara y la elegancia atemporal. Esta flor, a menudo asociada con el exotismo y la gracia, impresiona por la diversidad de sus formas, colores y por su delicadeza aparente, que en realidad oculta una gran fuerza. Las orquídeas son conocidas por su capacidad de florecer durante muchos años, con pocos cuidados pero mucha atención: al igual que una pareja unida desde hace 55 años, requieren un equilibrio sutil entre cuidado, respeto y luz. Estas bodas celebran un amor sofisticado, único, que ha sabido atravesar el tiempo sin perder jamás su magia.

56 años: bodas de boj

El boj, un arbusto discreto pero tenaz, simboliza la fidelidad, la fortaleza moral y la resistencia. Siempre verde, incluso en invierno, encarna la constancia y la capacidad de atravesar las estaciones sin marchitarse, una hermosa metáfora del amor que resiste la prueba del tiempo. El boj también se asocia, desde la Antigüedad, con la vida eterna y la sabiduría: se utilizaba en los ritos funerarios romanos y en ciertas tradiciones religiosas para bendecir los hogares. Su madera, muy dura y densa, es apreciada para objetos de precisión y obras duraderas, al igual que un matrimonio que alcanza los 56 años requiere precisión en los gestos y solidez en los sentimientos. Estas bodas honran un vínculo sobrio pero fuerte, arraigado en la paciencia, la lealtad y una fuerza serena.

57 años: bodas de azalea

La azalea, con sus flores abundantes y deslumbrantes, es especialmente apreciada por su capacidad de embellecer los jardines con una elegancia notable. En el lenguaje de las flores, simboliza la ternura, la delicadeza de los sentimientos y el afecto profundo. Esta flor también representa la feminidad, la paciencia y la dedicación. En Asia, a veces se ofrece como muestra de fidelidad o gratitud, lo que la convierte en un símbolo perfecto para celebrar un amor maduro, construido con cariño y respeto. Las bodas de azalea honran así un vínculo sentimental coloreado por décadas de momentos compartidos, belleza cotidiana y una complicidad siempre floreciente.

58 años: bodas de arce

El arce es un símbolo de resiliencia, dulzura y equilibrio. Árbol emblemático de los paisajes canadienses, evoca tanto la solidez de sus raíces como la generosidad dulce de su savia, utilizada para producir el famoso jarabe de arce. Estas cualidades reflejan a una pareja unida durante 58 años: profundamente arraigada, que ha atravesado las estaciones de la vida, conservando siempre la capacidad de ofrecer ternura y consuelo. Las bodas de arce honran esta unión estable y apacible, hecha de constancia, complicidad y un afecto que, como el arce en otoño, brilla con una belleza resplandeciente después de años de crecimiento compartido.

59 años: bodas de visón

El visón, un pequeño mustélido de pelaje densamente suave y lujoso, encarna la calidez, la protección y un lujo discreto. Su piel, durante mucho tiempo codiciada por su rareza y refinamiento, simboliza una relación preciosa, fruto de un largo camino recorrido juntos. Más allá de su connotación de riqueza, el visón también evoca una sutileza: la de un amor que se ha vuelto sedoso, acogedor, pero siempre presente y envolvente. Las bodas de visón rinden homenaje a una unión perfeccionada con el tiempo, donde cada gesto, cada mirada, testimonia una intimidad profunda y una ternura infinita, como un abrigo de calor frente a los fríos de la vida.

60 años: Bodas de diamante

Las bodas de diamante celebran una unión excepcional, tan rara y preciosa como la propia piedra. El diamante, formado en las entrañas de la tierra bajo una presión inmensa, es el mineral más duro que se conoce: resiste al tiempo, a las pruebas y refleja la luz con un brillo deslumbrante. Este símbolo encaja perfectamente con un amor que ha sabido conservar su esplendor a lo largo de las décadas, convirtiéndose en fuente de inspiración para las generaciones siguientes. El diamante también representa la transparencia, la fidelidad absoluta y el compromiso sin fisuras. Tras 60 años de vida en común, el amor deja de ser solo un vínculo para convertirse en un pilar, un tesoro moldeado por la experiencia, el perdón, la complicidad y la admiración mutua.

61 años: bodas de plátano oriental

En la mitología griega, el plátano oriental es un símbolo de regeneración: su corteza se desprende en placas, revelando una nueva piel, como los matrimonios que atraviesan los años renovándose constantemente. También se asocia con relatos épicos, ya que, según algunas leyendas, su madera habría servido para construir el famoso caballo de Troya. El plátano, árbol majestuoso perteneciente a la familia de las Platanaceae, agrupa una decena de especies capaces de vivir varios siglos, incluso hasta mil años. Al igual que su amor, cuya longevidad impresiona tanto como su nobleza.
El plátano oriental también es conocido por su sombra generosa y apacible, verdadera metáfora del consuelo y la protección que las parejas se han brindado mutuamente a lo largo del tiempo. Celebrar las bodas de plátano es, por tanto, festejar la fuerza serena de un amor arraigado, que crece año tras año, alimentado por la experiencia compartida y las estaciones recorridas juntos.

62 años: bodas de marfil

Las bodas de marfil marcan una etapa rara, llena de elegancia y profundidad. El marfil, material noble extraído de los colmillos de animales como elefantes o morsas, simboliza tanto la pureza, la preciocidad como la durabilidad. Su blancura radiante evoca un amor que ha permanecido luminoso a pesar de los años, mientras que su resistencia natural representa la solidez de un vínculo forjado por las pruebas y alegrías compartidas.
En muchas culturas, el marfil también se asocia con la sabiduría, la transmisión de conocimientos y la riqueza de una vida plenamente vivida. Celebrar las bodas de marfil es honrar la longevidad de un amor que se ha vuelto raro, al igual que este material precioso, y celebrar la historia compartida como un tesoro único e irreemplazable.

63 años: bodas de lilas

El lila, arbusto ornamental con racimos florales delicadamente perfumados, se presenta en sutiles matices de lila, violeta o blanco. Cada racimo evoca los recuerdos tejidos a lo largo de las estaciones, y cada pétalo se convierte en símbolo de más de seis décadas de amor compartido, de desafíos superados juntos y de felicidades entrelazadas. Estos 63 años de unión forman un jardín exuberante, donde cada año ha dejado un nuevo matiz en el lienzo vivo de su historia.
El lila también es un mensajero en el lenguaje de las flores: expresa la emoción de los recuerdos, el apego profundo y el regreso de la primavera. Celebrar las bodas de lila es festejar un amor siempre floreciente, cuyas raíces sólidas permiten que los perfumes del pasado sigan perfumando el presente.

64 años: bodas de astracán

El astracán, un pelaje precioso obtenido de la lana rizada de corderos jóvenes originarios de Asia Central —especialmente de Uzbekistán y las estepas rusas—, es un símbolo de rareza y elegancia atemporal. Muy apreciado en la alta costura, encarna a la vez suavidad y resistencia, calidez y delicadeza.
Su textura única, formada por pequeños rizos sedosos, recuerda la complejidad de los años compartidos: días tiernos, estaciones más duras, pero siempre envueltos en confianza y calor. Sus tonos profundos, que van del negro intenso al gris perla, reflejan las múltiples facetas de un amor duradero: discreto a veces, pero siempre presente, con la pátina del tiempo.
Celebrar las bodas de astracán es honrar un amor resistente a los fríos de la vida, que conserva su belleza y nobleza a lo largo de los años.

65 años: bodas de palisandro

El palisandro, que crece en las latitudes tropicales de Brasil, India, América Latina y Madagascar, es una madera noble, apreciada desde hace siglos en ebanistería y lutería por su densidad, durabilidad y vetas suntuosas, a menudo teñidas de púrpura o marrón profundo. Celebrar las bodas de palisandro es rendir homenaje a la fuerza de un amor raro y valioso, que ha sabido atravesar las décadas sin perder su calidez. Esta madera, que resiste el paso del tiempo mientras gana en belleza, se convierte en un reflejo de una unión moldeada por la paciencia, la complicidad y los recuerdos compartidos. También es una manera de honrar una relación construida en profundidad, enriquecida por la experiencia, sólida como un tronco milenario cuyas raíces se hunden profundamente en la memoria compartida.

Anillo Jazmín de invierno
Anillo Jazmín de invierno, símbolo de los 66 años de matrimonio.

66 años: bodas de jazmín

Después de 66 años de amor, el jazmín, flor delicada de fragancia embriagadora, adquiere un significado muy especial. No solo simboliza la resistencia de un amor que ha atravesado las estaciones de la vida, sino también su capacidad de florecer y perfumar cada instante con una dulzura renovada.
En el lenguaje de las flores, el jazmín evoca pureza, modestia, gracia y fidelidad. Según las culturas, también puede representar sensualidad, prosperidad o buena suerte. Esta flor, frágil en apariencia pero fuerte en sus raíces, encarna la ternura duradera, los gestos simples pero profundos, y las atenciones silenciosas que enriquecen a una pareja que ha compartido tantos años juntos.
Celebrar las bodas de jazmín es reconocer que el amor puede ser a la vez discreto y poderoso, como un perfume que atraviesa los años sin desvanecerse jamás.

67 años: Bodas de chinchilla

Las bodas de chinchilla simbolizan la durabilidad, la suavidad y la resiliencia. El chinchilla, pequeño animal originario de los Andes, es conocido por su pelaje excepcionalmente denso y sedoso, considerado uno de los más valiosos del mundo. Esta suavidad única encarna la ternura y la atención cultivadas pacientemente a lo largo de las décadas.
Animal sensible y social, el chinchilla también es un símbolo de compasión y ayuda mutua. En la naturaleza y en cautiverio, los machos pueden cuidar a las crías cuando la hembra descansa, y en algunos casos, otra hembra puede amamantar a las crías de una congénere, ilustrando una forma rara de solidaridad.
Celebrar 67 años de unión es, por tanto, honrar el calor de un vínculo tan precioso como el pelaje del chinchilla, un amor delicado, atento y protector, que ha sabido evolucionar sin perder su finura y complicidad.

68 años: Bodas de granito

El granito, roca magmática formada en las profundidades de la Tierra, encarna la fuerza, la estabilidad y la permanencia. Ha sido utilizado desde la Antigüedad para erigir monumentos duraderos, edificios sagrados o sepulcros majestuosos, resistiendo los siglos sin debilitarse.
Celebrar las bodas de granito es honrar una relación construida sobre cimientos sólidos, capaz de resistir las inclemencias de la vida. Al igual que esta roca de cristales compactos, la unión ha sabido enriquecerse con cada experiencia, con cada prueba, volviéndose siempre más bella y más densa con el tiempo.
A los 68 años de matrimonio, el amor no se erosiona: se afianza, se fortalece y se convierte en un pilar de armonía y sabiduría compartida. Esta longevidad excepcional merece ser celebrada como una obra pacientemente moldeada, grabada en el granito de la memoria familiar.

69 años: bodas de alerce

Inmune a la descomposición y resistente tanto a los insectos como a las inclemencias del tiempo, la madera de alerce se considera una de las más duraderas entre los coníferos. Apodado « el roble de la montaña », este majestuoso árbol crece en altitudes elevadas y muestra una resistencia asombrosa. Pertenece a la familia de las Pináceas y se distingue de otros coníferos por su capacidad de perder sus agujas en invierno, para regenerarse mejor en primavera.
Celebrar las bodas de alerce significa honrar un amor arraigado en la paciencia, la solidez y la capacidad de renovarse. Como este árbol que desafía los vientos y las nieves, su unión ha sabido resistir los embates del tiempo sin perder nunca su verticalidad ni su fuerza interior.

70 años: Bodas de platino

Las bodas de platino celebran un aniversario excepcional, al igual que este metal noble, aún más raro que el oro. El platino es apreciado por su pureza, su blanco resplandeciente y, sobre todo, por su extraordinaria resistencia al desgaste, a la corrosión y al calor.
Símbolo de eternidad y fidelidad, el platino se utiliza a menudo para sellar los compromisos más preciados. Celebrar 70 años de unión es rendir homenaje a un amor único, inalterable y valioso, forjado en la profundidad de los años compartidos. Al igual que el platino, vuestro vínculo no se ha opacado con el tiempo: ha ganado en brillo, nobleza y valor.

71 años: bodas de ocre

El pigmento natural de tonos cálidos, que van del amarillo dorado al rojo profundo, ha sido utilizado por la humanidad desde tiempos milenarios. Presente en el arte rupestre prehistórico, el ocre ha trascendido las épocas como símbolo de memoria, transmisión y emoción humana.
Las bodas de ocre rinden homenaje a la resiliencia de un amor antiguo, modelado por el tiempo como una pintura sobre roca, indeleble. Este color de la tierra también evoca el arraigo, la calidez de un hogar construido y nutrido año tras año, y la luz suave de los recuerdos compartidos.

Collar Jardín de la hora azul
Collar Jardín de la hora azul con un zafiro azul.

72 años: Bodas de titanio

Metal moderno por excelencia, el titanio es reconocido por su ligereza, su resistencia excepcional y su capacidad de no oxidarse nunca. Utilizado en la aeronáutica, la medicina o la alta relojería, encarna la fusión de robustez y innovación.
Celebrar las bodas de titanio es rendir homenaje a una unión que ha sabido adaptarse a los desafíos del tiempo, evolucionar con flexibilidad sin romperse jamás. Como este metal raro y precioso, su amor ha atravesado las décadas sin perder fuerza, combinando solidez y delicadeza, arraigo y proyección hacia el futuro.
No trabajamos directamente el titanio en nuestras joyas, pero este metal está presente de forma natural en algunas piedras que utilizamos. El titanio puede influir en su color o en sus efectos ópticos. Por ejemplo, es responsable del efecto estrellado en el zafiro estrella y contribuye al color azul del zafiro así como al tono rojo del rubí cuando se asocia con el cromo. También se encuentra en forma de inclusiones en agujas en el cuarzo rutilo, donde forma magníficos filamentos dorados o plateados llamados «cabellos de Venus». También puede encontrarse titanio en otras piedras como ciertas variedades de ágata (ágata azul, ágata Botswana) o la turmalina verde, donde contribuye a los matices de color según la composición exacta.

73 años: bodas de hierro fundido

Las bodas de fundición encarnan la solidez de un amor forjado por la experiencia. Aleación de hierro y carbono, la fundición es conocida por su resistencia y su capacidad de ser moldeada en formas complejas, manteniendo siempre una gran fortaleza. Al igual que este material, la relación que se celebra aquí ha sabido soportar las presiones del día a día y adaptarse con el tiempo, convirtiéndose en una obra fuerte y singular.
La fundición, presente en rejas trabajadas, antiguas estufas o los cimientos de la arquitectura, evoca también un legado tangible, sólido, transmitido de generación en generación.

74 años: Bodas de siena

La tierra de Siena, pigmento natural con matices que van del marrón al naranja y al rojizo, toma su nombre de la ciudad italiana donde fue ampliamente utilizada por los artistas del Renacimiento. Desde la antigüedad, se aprecia por su calidez, profundidad y estabilidad a lo largo del tiempo.
Estas bodas rinden homenaje a la belleza adquirida con los años compartidos. Como un fresco con colores de ocre y recuerdos, su unión ha visto nacer momentos dulces, vibrantes e intensos, convirtiéndose en sí misma en una obra de arte moldeada por los días, las miradas y los gestos tiernos.

75 años: bodas de alabastro

El alabastro simboliza la pureza, la suavidad y la longevidad. Esta roca caliza, translúcida y aterciopelada al tacto, evoca una luz suave filtrada a través del tiempo. Su color, que varía entre el blanco lechoso y el beige dorado, lo ha convertido en un material apreciado desde la Antigüedad para la escultura, los vasos, los objetos de arte o los bajorrelieves delicados.
En el antiguo Egipto se utilizaba para elaborar urnas sagradas y recipientes preciosos; en la Roma antigua se asociaba con la belleza y la eternidad. Aunque su uso disminuyó desde la Edad Media en favor del mármol, el alabastro conserva su aura de nobleza discreta.
Las bodas de alabastro celebran así un amor moldeado con paciencia, pulido por los años, que se ha vuelto translúcido en autenticidad y pleno de un resplandor apacible, como una escultura acariciada por la luz.

Collar Tómate el tiempo de escuchar
Collar Tómate el tiempo de escuchar con un disco de latón.

76 años: bodas de zinc.

Las bodas de zinc rinden homenaje a una unión rara y preciosa, caracterizada por la solidez, la flexibilidad y la resistencia discreta. El zinc, metal gris-azulado, es conocido por su capacidad para resistir las inclemencias del tiempo y proteger los techos desde hace siglos. También se utiliza en aleaciones por su flexibilidad y robustez, cualidades que recuerdan los cimientos de una pareja duradera.
Al igual que el zinc que adquiere una hermosa pátina con el tiempo, el amor que atraviesa 76 años se convierte en una materia noble, formada por las pruebas y realzada por la constancia. Es una celebración de la capacidad de doblarse sin romperse, de proteger sin sofocar y de envejecer con gracia.

No realizamos joyas de zinc macizo, pero este metal a veces forma parte de ciertos aleaciones, como el latón que usamos en algunas de nuestras creaciones. El zinc también está presente de forma natural en varias piedras semipreciosas, especialmente la smithsonita, un carbonato de zinc conocido por sus tonos suaves y translúcidos, así como en minerales como la rodonita, la serpentina o la rodocrosita, donde puede aparecer en trazas. Aunque no se use tal cual, el zinc es un elemento discreto pero presente en el mundo de la joyería mineral.

Anillo Aroma después de la lluvia
Anillo Aroma después de la lluvia con una calcedonia.

 

77 años: bodas de sílice

Las bodas de sílice celebran un amor que se ha vuelto esencial, casi estructural en la vida de ambos. La sílice, elemento mineral fundamental que forma el cuarzo y la arena, es conocida por su dureza, su estabilidad y su papel en la estructura de muchos materiales naturales. Su transparencia evoca una relación clara, basada en la confianza absoluta, mientras que su solidez recuerda una unión moldeada por décadas, resistente a las pruebas y arraigada en una comprensión silenciosa pero inquebrantable.

No trabajamos la sílice directamente como materia prima en nuestras joyas, pero está presente en muchos de los minerales que usamos para nuestros cabujones. La sílice (dióxido de silicio, SiO₂) constituye uno de los componentes más comunes de la corteza terrestre y forma parte de numerosas piedras ornamentales, como la calcedonia, la obsidiana, la ágata azul, la rhyolita, la madera petrificada, el jaspe mookaita, el ojo de tigre o la ópalo. Según su forma cristalina o amorfa y las inclusiones que contenga, la sílice da lugar a una gran variedad de piedras con colores, texturas y patrones muy diversos, un verdadero tesoro para joyeros y amantes de los minerales.

78 años: bodas de ébano

El ébano, madera rara y preciosa de tonalidades profundas, simboliza la fuerza, la elegancia y la longevidad. De densidad excepcional, esta madera oscura se ha utilizado desde la Antigüedad en la fabricación de muebles de lujo, instrumentos musicales y esculturas sagradas.
Las bodas de ébano rinden homenaje a un amor refinado y persistente, cuya belleza se ha profundizado con la sabiduría, la ternura y los silencios compartidos. La resistencia natural del ébano, que no se deforma ni se fisura con el tiempo, refleja una unión noble y sólida, envejecida por la vida pero mantenida intacta en su profundidad.
Al igual que el ébano, que requiere tiempo para revelar toda su riqueza, el amor celebrado tras 78 años de matrimonio es un tesoro escondido, esculpido con cuidado y respeto.

79 años: bodas de bambú

Estas bodas celebran la resiliencia, la flexibilidad y el crecimiento constante. El bambú, planta a la vez flexible e irrompible, se dobla sin quebrarse, incluso bajo los vientos más fuertes. Simboliza la sabiduría en la adaptabilidad y la elegancia en la tenacidad.
En las tradiciones asiáticas, también representa la paz, la armonía y la perseverancia. Las bodas de bambú evocan, por tanto, un amor que, a lo largo de los años, ha sabido adaptarse sin perderse, que se ha doblado frente a las tormentas sin ceder nunca, y que continúa creciendo, discreto pero poderoso, enraizado en la paciencia y la ternura.

anillo Hoja de roble
Anillo Hoja de roble para celebrar los 80 años de matrimonio.

80 años: bodas de roble

Majestuoso, el roble ha sido desde la Antigüedad un símbolo de fuerza, longevidad y sabiduría. Árbol sagrado para los celtas, representaba la estabilidad y la protección. Su madera densa y resistente refleja a la perfección la solidez de un vínculo matrimonial que ha atravesado ocho décadas de vida compartida.
Celebrar las bodas de roble es rendir homenaje a un amor profundamente arraigado, que ha crecido lenta pero seguramente, nutrido por la experiencia, las pruebas y las alegrías compartidas. Como el roble, cuyos anillos cuentan los años transcurridos, este matrimonio lleva en sí las huellas del tiempo, no como cicatrices, sino como marcas de sabiduría y grandeza.

Aretes disco solar
Aretes disco solar con cornalina para celebrar los 81 años de matrimonio.

81 años: bodas de cornalina

La cornalina, apreciada desde la Antigüedad por su solidez y vitalidad, refleja la fuerza y la resiliencia de una pareja que ha compartido juntos las pruebas y alegrías de una larga vida matrimonial. Su color ardiente, que varía entre el naranja y el rojo intenso, fue en tiempos antiguos símbolo de coraje, vitalidad, prosperidad y felicidad. En las civilizaciones antiguas se atribuía a la cornalina el poder de infundir impulso vital y proteger los vínculos afectivos frente al paso del tiempo y las adversidades. Celebrar 81 años de unión con esta piedra es rendir homenaje a un amor incandescente, siempre vivo a pesar de las décadas transcurridas.

 

Anillo hoja roja
Anillo hoja roja con un granate para celebrar los 82 años de matrimonio.

82 años: bodas de granate

El granate, piedra preciosa con matices de rojo intenso que a veces se acercan al violeta, encarna la pasión duradera, la lealtad y el afecto inquebrantable. Desde hace siglos, se asocia con el amor fiel, la energía del corazón y la fortaleza emocional. Su color intenso evoca la intensidad de los sentimientos que han resistido los avatares del tiempo. Regalar granate para celebrar 82 años de matrimonio es reconocer la profundidad de las emociones compartidas, la fidelidad silenciosa y la intensidad siempre presente de una unión tejida con experiencias comunes y un amor ya maduro.

83 años: bodas de vainilla

La vainilla, conocida por su aroma cautivador y su sabor delicado, es una metáfora perfecta para un matrimonio que ha sabido conservar su dulzura, ternura y encanto a pesar del paso del tiempo. Fruto de una orquídea exigente y preciosa, la vainilla requiere paciencia y cuidado para revelar plenamente sus aromas, al igual que un amor profundo necesita atención y dedicación para florecer a lo largo de los años. Símbolo de refinamiento, sensualidad y rareza, celebra un vínculo excepcional, a la vez fuerte y sutil, alimentado por la complicidad y la perseverancia.

Anillo Iris
Anillo Iris para celebrar los 84 años de matrimonio.

84 años: bodas de iris

El iris, flor majestuosa y ancestral, es símbolo de sabiduría, esperanza y afecto profundo dentro de la pareja. Sus pétalos elegantes, a menudo teñidos de azul, violeta o dorado, representan la riqueza de las experiencias compartidas y la belleza del camino recorrido. En la mitología griega, Iris era la mensajera de los dioses, llevando las plegarias de los hombres hasta el Olimpo, lo que refuerza la idea de un vínculo sagrado y duradero. Regalar un iris para celebrar 84 años de matrimonio es honrar un amor iluminado por la sabiduría, avivado por la esperanza y adornado con los colores brillantes de una fidelidad inquebrantable.

Aretes Dama del Lago
Aretes Dama del Lago con un zirconia azul.

85 años: bodas de uranio

El uranio, elemento conocido por su formidable energía y su potencia bruta, simboliza la fuerza inalterable y la vitalidad preservada de una relación extraordinaria. Metal natural de brillo blanco plateado, denso y ligeramente radiactivo, el uranio evoca una energía latente, lista para liberarse con intensidad. Presente en toda la naturaleza, en las rocas, el suelo, el agua e incluso en los seres vivos, también recuerda la presencia discreta pero esencial del amor a lo largo de todas las etapas de la vida. Celebrar 85 años de matrimonio es reconocer un amor tan raro y duradero como este elemento primitivo, portador de memoria, resistencia y una fuerza profunda pero indomable.

Por supuesto, regalar uranio para un aniversario de matrimonio no es una idea sencilla… ni recomendable en su forma pura. Sin embargo, algunos minerales que se usan ocasionalmente en joyería contienen trazas naturales de uranio, sin peligro para la salud gracias a su baja radiactividad y estabilidad. Es el caso, por ejemplo, de la youngite, una variedad de cuarzo a veces fluorescente, de ciertas apatitas, o del zircón, un mineral antiguo apreciado por sus reflejos brillantes. Estas piedras ofrecen una manera simbólica —y segura— de evocar este fascinante elemento.

Aretes Bosque
Aretes Bosque con un jaspe para celebrar los 86 años de matrimonio.

86 años: bodas de jaspe

El jaspe, piedra semipreciosa admirada desde la Antigüedad, es famoso por su robustez y sus patrones coloridos únicos. Cada jaspe, moldeado por el tiempo y la tierra, es una obra natural, al igual que una unión que ha atravesado décadas. Símbolo de estabilidad y serenidad interior, el jaspe era considerado antaño un talismán contra la adversidad. Celebrar las bodas de jaspe es honrar una promesa de amor mantenida contra viento y marea, un compromiso vivo que ha sabido superar las pruebas del día a día y arraigarse en una fidelidad sólida como la roca, pacientemente pulida por la ternura y la confianza.

87 años: bodas de psilocibina

Las bodas de psilocibina celebran un amor profundamente arraigado, capaz de transformarse y crecer a lo largo de los años. El psilocibio, más conocido como hongo mágico, es famoso por sus propiedades psicotrópicas debido a la psilocibina, pero aquí simboliza sobre todo la capacidad de ver más allá de lo ordinario, de renovar la visión del mundo y del otro. Este homenaje vegetal recuerda que un amor verdadero sabe metamorfosearse, evolucionar y regenerarse sin perder nunca su esencia, incluso después de décadas de camino compartido.

88 años: bodas de pehuén

Las bodas de pehuén rinden homenaje a una relación de longevidad excepcional. El pehuén, o araucaria de Chile, es un conífero majestuoso originario de la cordillera de los Andes, capaz de vivir más de mil años. Algunos ejemplares alcanzan tamaños impresionantes, elevándose hasta 50 metros de altura y más de dos metros de diámetro. Símbolo de resiliencia, paciencia y sabiduría, el pehuén encarna la grandeza serena de un amor que, como este árbol ancestral, se nutre de raíces profundas para elevarse cada vez más alto, resistiendo las pruebas del tiempo y los elementos.

Aretes Luna de ónix
Aretes Luna de ónix para celebrar los 89 años de matrimonio.

89 años: bodas de ónix

El ónix, piedra preciosa formada por capas sucesivas de colores oscuros, evoca la riqueza interior, la profundidad y la complejidad de un amor madurado con los años. Símbolo de solidez, elegancia y durabilidad, refleja un vínculo que, con el tiempo, se ha afirmado con gracia. Como las capas que componen el ónix, cada recuerdo, cada prueba superada, ha añadido una capa adicional de fuerza y belleza a la relación, creando un amor profundo, tejido con paciencia, confianza y respeto mutuo.

90 años: bodas de granito

El granito, roca ígnea nacida en las profundidades de la Tierra, encarna la fuerza, la estabilidad y la perdurabilidad. Desde la Antigüedad, se ha utilizado para erigir monumentos eternos, santuarios sagrados y sepulturas majestuosas, atravesando los siglos sin debilitarse.
Celebrar las bodas de granito es honrar una relación construida sobre cimientos inquebrantables, capaz de resistir las inclemencias de la vida. Como esta roca de cristales compactos, la unión ha sabido enriquecerse con cada experiencia, con cada desafío, volviéndose cada vez más densa y luminosa con el tiempo.
A los 90 años de matrimonio, el amor no se erosiona: se arraiga profundamente, se fortalece y se convierte en un pilar de armonía y sabiduría compartida. Esta longevidad excepcional merece ser celebrada como una obra pacientemente moldeada, grabada en el granito de la memoria familiar, inspirando a las generaciones futuras con su fuerza serena y su belleza intemporal.

91 años: bodas de heliodoro

Es reconocer la belleza de un vínculo que, como el heliodoro, ha sabido resistir el paso del tiempo conservando su brillo y su valor inestimable. El heliodoro, cuyo nombre significa “don del sol” en griego antiguo, es un mineral de la familia de los ciclosilicatos. Constituye una variedad rara de berilo, cuyo color amarillo dorado, a veces matizado de verde o miel, evoca la luz y el calor del sol.
Llevar el heliodoro como símbolo de este aniversario es celebrar una unión iluminada por la ternura, el calor humano y la perseverancia, a pesar del peso de los años.

Anillo El lirio de Mucha
Anillo El lirio de Mucha, flor simbólica de los 92 años de matrimonio.

92 años: bodas de lirio

Las bodas de lirio simbolizan un amor purificado por la prueba del tiempo, lleno de apoyo inquebrantable, afecto profundo y valor discreto. El lirio, con su porte noble y sus delicados pétalos, ha estado largo tiempo asociado a la realeza, la pureza espiritual y la renovación.
A lo largo de los siglos, ha representado la luz tras las pruebas y la belleza inmutable de lo esencial. Celebrar las bodas de lirio es rendir homenaje a una vida compartida bajo el signo de la lealtad, la delicadeza y un afecto que, a pesar de los desafíos, ha sabido mantenerse luminoso y fuerte.

 

Dije Inflorescencia al crepúsculo
Dije Inflorescencia al crepúsculo con un lapislázuli para celebrar los 93 años de matrimonio.

93 años: bodas de lapislázuli

El lapislázuli, piedra preciosa con reflejos de un azul profundo como el océano, evoca el misterio, la sabiduría y la fuerza del vínculo conyugal.
Símbolo de realeza, verdad y conexión espiritual desde la Antigüedad, refleja la majestuosidad y la grandeza de un amor que ha atravesado casi un siglo.
Celebrar las bodas de lapislázuli es honrar una relación rara y preciosa, iluminada por la fidelidad, la confianza y la profundidad de los sentimientos.

 

Aretes Biloba
Aretes Biloba con un peridoto para celebrar los 94 años de matrimonio.

94 años: bodas de peridoto

Las bodas de peridoto simbolizan la longevidad, el renacimiento y el crecimiento continuo del amor en una pareja. El peridoto, con su color verde brillante, representa también la frescura, la vitalidad y la prosperidad. Antiguamente considerado una piedra protectora contra las fuerzas negativas, celebra aquí una unión que, a pesar del paso del tiempo, ha sabido conservar su luz interior, su juventud del alma y su capacidad de renovarse constantemente.

95 años: bodas de adansonia

El adansonia, más conocido como baobab, es un árbol emblemático de África y Madagascar, a veces apodado “árbol de la vida” debido a sus múltiples usos para los pueblos que viven a su lado. Con sus troncos masivos capaces de almacenar agua, sus ramas nudosas semejantes a raíces invertidas y su longevidad que puede alcanzar varios milenios, el adansonia encarna la resiliencia, la sabiduría, la tradición y la comunión íntima con la naturaleza.
Celebrar las bodas de adansonia es honrar una relación excepcional, rara y preciosa que, como este majestuoso árbol, ha sabido atravesar los siglos alimentándose de raíces profundas de ternura, comprensión e historia compartida.

96 años: bodas de potasa

Las bodas de potasa encarnan la pureza, la resiliencia y la diversidad de una unión que ha prosperado durante casi un siglo. La potasa, en forma de cristales blancos o incoloros, recuerda la pureza, la sinceridad y la transparencia que han caracterizado esta relación excepcional. Soluble en agua, también evoca la capacidad de la pareja de fundirse armoniosamente el uno en el otro, atravesando juntos las pruebas de la vida y formando un vínculo fluido, sólido e indestructible.

97 años: bodas de turmalina negra

La turmalina negra es conocida por sus poderosas propiedades protectoras y su capacidad para absorber las energías negativas. En el contexto del matrimonio, simboliza la fuerza, la estabilidad y la resiliencia de una relación que ha sabido atravesar las décadas sin dejarse afectar por las dificultades. Llevar o celebrar la turmalina negra es honrar un amor que se ha convertido en un verdadero escudo contra el tiempo, basado en una confianza y solidaridad inquebrantables.

98 años: bodas de tejo

El tejo, árbol sagrado en muchas tradiciones, es un símbolo poderoso de eternidad, renacimiento y longevidad, con algunos ejemplares capaces de vivir más de 1.500 años. Su presencia en lugares de culto y cementerios recuerda la fuerza del ciclo de la vida y la muerte. Celebrar las bodas de tejo es reconocer en el amor conyugal una fuerza a la vez tierna e inmortal, capaz de perdurar más allá del tiempo, arraigada en la memoria familiar como un árbol secular.

99 años: bodas de araucaria

La araucaria, un conífero majestuoso, a menudo se considera un testigo vivo de la historia del mundo. Los fósiles encontrados muestran que ya prosperaba en la época del Mesozoico, hace más de 150 millones de años, cuando poblaba ampliamente el hemisferio sur. Sobreviviendo a grandes extinciones, la araucaria simboliza una resistencia rara y una capacidad de adaptación notable. Celebrar 99 años de matrimonio bajo el signo de la araucaria es honrar una unión antigua, profundamente arraigada, que ha atravesado los siglos con constancia y grandeza.

Anillo El mar
Anillo El mar como símbolo de agua para celebrar los 100 años de matrimonio.

100 años: bodas de agua

El agua, elemento fundamental de la vida, es el símbolo supremo de pureza, flexibilidad y perdurabilidad. Adopta las formas que encuentra sin perder nunca su esencia, y así un matrimonio que alcanza los 100 años ha sabido evolucionar a lo largo de las décadas.
Al igual que un río que atraviesa paisajes cambiantes sin dejar de fluir, su amor se ha adaptado, renovado y fortalecido, llevando consigo recuerdos, esperanzas y fidelidad. Celebrar las bodas de agua es reconocer la extraordinaria resiliencia, la ternura fluida y la esencia indestructible de un vínculo que ha sabido desafiar al tiempo.