JOYERIA
INSPIRACIÓN
Originario del griego antiguo, el término « ónix » proviene de « onux », que significa literalmente « garra » o « uña ». Esta denominación podría hacer referencia al aspecto translúcido de algunos ejemplares, cuyas tonalidades color carne evocan la textura y el color de las uñas humanas.
Piedra preciosa perteneciente a la familia de la calcedonia, el ónix está compuesto principalmente de silicio. Su estructura se caracteriza por la presencia de bandas bien definidas, generalmente en blanco y negro, aunque sus matices pueden variar ampliamente, con excepción de los tonos violeta y azul.
En la escala de Mohs, el ónix presenta una dureza de entre 6,5 y 7, lo que lo hace relativamente resistente a los rayones, aunque más blando que piedras como el zafiro o el diamante. Esta resistencia moderada permite su uso cotidiano en joyería, siempre que se maneje con cierto cuidado para evitar golpes fuertes o abrasiones.
La densidad del ónix suele situarse entre 2,6 y 2,7, un valor típico de las calcedonias. Su brillo se describe como vítreo a sedoso, lo que realza su atractivo estético una vez pulido. Además, presenta una fractura concoidea, característica de las piedras ricas en sílice, que genera superficies lisas y curvas al romperse.
La regularidad de las bandas de color del ónix fascinó a las civilizaciones antiguas, que supieron aprovechar sus cualidades para crear obras de arte y objetos valiosos. Esta piedra resulta especialmente adecuada para la escultura y el grabado, en particular en la elaboración de camafeos e intaglios. Los artesanos griegos y romanos destacaron en estas técnicas, utilizando la superposición de capas para resaltar motivos complejos en relieve.
De manera similar, la sardónice, una variedad específica del ónix, se distingue por tonalidades que van del rojo al marrón. Esta variante también ha despertado el interés de coleccionistas y amantes del arte por su belleza singular y por sus múltiples aplicaciones en la creación de joyas y objetos decorativos.
Desde hace siglos, diversas técnicas de teñido han permitido modificar el aspecto natural del ónix. Estos procedimientos suelen implicar baños químicos o tratamientos térmicos destinados a intensificar o transformar sus colores. El ónix negro, en particular, a menudo se obtiene mediante coloración artificial para responder a la demanda de joyas de apariencia elegante y atemporal. Esta práctica, aunque común, genera a veces debates entre los aficionados a las piedras naturales en torno a la autenticidad del material en su forma modificada.
En la actualidad, el ónix sigue siendo una piedra versátil, utilizada tanto en la artesanía como en contextos decorativos y arquitectónicos. Su belleza sobria y sus amplias posibilidades de valorización continúan seduciendo a lo largo del tiempo.
Yacimientos: Brasil, Argentina, México, Estados Unidos, Irán, Italia, Suiza, Rusia e India.
En el Antiguo Egipto, el uso del ónix se remonta a la Segunda Dinastía, cuando artesanos talentosos esculpían cuencos, vasijas y otros objetos a partir de esta piedra preciosa. Su presencia en las tumbas reales da testimonio de su importancia simbólica y de su asociación con el más allá. Considerado un material noble, se utilizaba no solo por sus cualidades estéticas, sino también por las propiedades que se le atribuían como protectoras dentro del contexto funerario.
Durante la era minoica en Creta, la sardónice, una variedad de ónix, era especialmente apreciada para la creación de objetos de prestigio. En los suntuosos palacios de Cnosos, se empleaba para elaborar obras de arte refinadas y ornamentos elaborados, a menudo destinados a contextos religiosos o ceremoniales. Esta piedra simbolizaba el poder y la riqueza, reforzando el estatus de las élites.
Entre los romanos, el ónix ocupaba un lugar destacado. Plinio el Viejo, naturalista y autor reconocido, describía con precisión dos variedades principales de ónix y documentaba técnicas complejas de tratamiento y teñido destinadas a satisfacer las exigencias estéticas de la época. Estas técnicas incluían la impregnación de las bandas blancas con soluciones químicas para intensificar su color o transformarlas en un negro profundo.
Una leyenda romana, posiblemente heredada de tradiciones griegas, propone un origen mítico del ónix. En este relato, mientras Venus descansaba, su hijo Cupido, travieso y astuto, cortó sus uñas con una flecha. Estos fragmentos divinos cayeron a la Tierra y, como los dioses no podían permitir que una parte de una diosa desapareciera, los transformaron en piedras eternas: el ónix. Esta leyenda refuerza la idea del ónix como una piedra cargada de misticismo y belleza.
En los textos bíblicos, el ónix también aparece como una piedra sagrada. Forma parte de las doce piedras preciosas que adornaban el pectoral del sumo sacerdote Aarón, representando a las doce tribus de Israel. En el Apocalipsis, una de las puertas de la Jerusalén celestial es descrita como hecha de ónix, símbolo de pureza y eternidad.
En las culturas árabes, el ónix, también llamado « El Jaza » o « tristeza », refleja una profunda conexión emocional. Esta piedra, a menudo asociada con sentimientos melancólicos, era percibida como una aliada en los momentos de duelo y de introspección interior.
En Persia y en la India, el ónix era venerado por sus supuestos poderes protectores. Se creía firmemente que podía repeler el mal de ojo y las energías negativas. En estas culturas, era común colocar ónix sobre el vientre de las mujeres en trabajo de parto con el fin de aliviar sus dolores, una práctica asociada a las cualidades apaciguadoras y estabilizadoras atribuidas a la piedra. Además, el ónix era considerado un regulador de los deseos, y solía ser utilizado por quienes buscaban alcanzar una mayor maestría espiritual o emocional.
En China, el ónix tenía una connotación muy distinta. Percibido como un presagio de infortunio, era evitado por las poblaciones locales, que preferían exportarlo para deshacerse de él. Los mineros que trabajaban en las canteras de ónix solían ser esclavos o personas sometidas a trabajos forzados, ya que esta piedra era temida por su supuesta capacidad de atraer la mala suerte y las energías nocivas.
Durante la época victoriana en Inglaterra, el ónix negro experimentó un resurgimiento de popularidad sin precedentes. Símbolo de elegancia y sobriedad, se convirtió en un elemento central de la joyería funeraria, muy apreciada en un periodo marcado por estrictos códigos de luto. La reina Victoria, que llevó luto durante cuarenta años tras la muerte del príncipe Alberto, contribuyó a popularizar esta tendencia, en la que el ónix negro encarnaba tanto el dolor de la pérdida como la elegancia de las tradiciones.
A lo largo de la extensa historia de la humanidad, distintas sociedades han atribuido al ónix diversas propiedades, virtudes e interpretaciones de carácter curativo o simbólico. La información presentada aquí se inscribe en una perspectiva cultural e histórica, cuyo objetivo es ilustrar la relación simbólica que se ha ido construyendo progresivamente entre esta piedra y las civilizaciones humanas a lo largo de los siglos. Al igual que en los ejemplos anteriores, estas lecturas forman parte de un enfoque descriptivo, científico e histórico. No constituyen en ningún caso una recomendación terapéutica ni médica y no reflejan nuestras creencias personales.
Por favor, tenga en cuenta que todas las propiedades curativas presentadas de las piedras provienen de tradiciones antiguas y de diversas fuentes culturales. Esta información se proporciona únicamente con fines informativos y de ninguna manera constituye un consejo médico. En caso de algún problema de salud, se recomienda consultar a un profesional calificado.
Lista de piedras que empiezan con la letra:
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z Index
Para aprender más sobre litoterapia te recomendamos los siguientes libros:
NUESTROS SERVICIOS
Envío gratis
Pedido personalizado
Preguntas frecuentes
Reseñas de clientes
Términos y condiciones de venta
CONSEJOS Y RECOMENDACIONES.
Buscar en el sitio
Enlaces
Limpia tus joyas
Para orejas sin perforar
Pedido personalizado
Tu joyero te recomienda
Tu talla de dedo