JOYERIA
INSPIRACIÓN
El término paua en lengua maorí designa a tres especies de abulón, moluscos gasterópodos marinos pertenecientes al género Haliotis, que se encuentran exclusivamente en Nueva Zelanda. Aunque en algunas lenguas polinesias la palabra paua también puede referirse a un tipo de concha conocido como bénitier o almeja gigante, el presente texto se centra únicamente en su primera acepción.
En la cultura maorí, estos moluscos se distinguen en tres variedades principales: el paua propiamente dicho (conocido como blackfoot paua o paua de pie negro), el queen paua (también llamado silver paua, yellow foot paua, hihiwa o karariwha), y el virgin paua. Cada una de estas variedades posee una profunda riqueza cultural y simbólica, estrechamente ligada al legado, a las tradiciones y a las creencias ancestrales de los pueblos originarios de Nueva Zelanda.
El paua es una auténtica maravilla de la naturaleza. Su concha ovalada presenta un exterior de tono grisáceo discreto, a menudo rugoso y marcado por relieves naturales que le permiten camuflarse eficazmente en su entorno marino. Este aspecto sobrio contrasta de manera espectacular con el interior de la concha, formado por una nacre iridiscente de tonos intensos y cambiantes: verdes profundos, azules luminosos, violetas y matices rosados, en ocasiones atravesados por reflejos dorados. Esta riqueza cromática se debe a la estructura microscópica cristalina de la aragonita que compone la nacre, la cual interactúa con la luz y produce este efecto óptico tan característico y fascinante.
Sin embargo, su extraordinaria belleza no basta para garantizar la protección de la especie. Debido a la creciente demanda de sus conchas, el paua está sujeto a una regulación estricta en Nueva Zelanda. La pesca se encuentra cuidadosamente controlada mediante cuotas y restricciones de tamaño, permitiendo únicamente la recolección de ejemplares que superan un diámetro mínimo establecido por la ley. Asimismo, está prohibida toda forma de pesca submarina asistida con tanques de aire, con el objetivo de limitar la presión humana sobre esta especie. A pesar de estas medidas, la pesca furtiva sigue siendo una amenaza persistente, poniendo en riesgo la supervivencia de este molusco tan singular y valioso.
El paua, a menudo denominado la “ópalo del mar” debido a la intensidad y diversidad de sus colores iridiscentes, puede albergar en ocasiones un tesoro aún más raro: las perlas de paua. Estas perlas se forman cuando el molusco recubre una partícula irritante con capas sucesivas de nacre, un proceso que ocurre de manera excepcional en la naturaleza. Se distinguen por sus tonalidades multicolores, generalmente más variadas y profundas que las de las perlas producidas por las ostras perlíferas tradicionales. El desarrollo de técnicas de cultivo controlado del paua ha permitido aumentar ligeramente la probabilidad de su formación, aunque la aparición de una perla de paua sigue siendo un acontecimiento poco común y altamente apreciado.
El paua es mucho más que un simple molusco para el pueblo maorí; es considerado un verdadero tesoro, un taonga, que ofrece tanto una valiosa fuente de alimento como un material artístico de gran importancia. Su carne delicada, de sabor fino y apreciado, no solo es un manjar emblemático en Nueva Zelanda, sino también un producto muy solicitado a nivel internacional, en particular en los mercados asiáticos, donde a menudo se compara con el abulón japonés (awabi).
Más allá de su valor culinario, el paua ocupa un lugar esencial en la artesanía maorí. Su nacre iridiscente se utiliza tradicionalmente para ornamentar esculturas de madera y armas ceremoniales. Está presente, por ejemplo, en los whakairo (esculturas talladas en madera) y en los wakahuia (cofres de tesoros), donde simboliza los ojos de los ancestros. Estas incrustaciones luminosas evocan las estrellas (whetū) del cielo nocturno y recuerdan la presencia protectora y benevolente de los espíritus que velan por sus descendientes.
El paua también desempeña un papel fundamental en la elaboración de anzuelos tradicionales, conocidos como pa kahawai. Sus reflejos iridiscentes son apreciados por su capacidad para atraer a los peces, al imitar los destellos luminosos de las presas marinas. Esta práctica ancestral refleja la profunda comprensión maorí de la naturaleza y su manera de interactuar de forma respetuosa y sostenible con los recursos del océano.
Según una antigua y fascinante leyenda maorí, el paua nació frágil y expuesto a los depredadores y a los peligros del mar. Conmovido por su vulnerabilidad, Tangaroa, el dios del océano, decidió ofrecerle un refugio digno de su delicadeza. Así, creó una concha impregnándola con los tonos más profundos y cautivadores del mar. Su hermano Tāne Mahuta, guardián de los bosques, añadió a esta obra los matices brillantes de la vegetación, mezclando el verde de los helechos con los reflejos dorados de la luz que se filtra entre las hojas.
Para completar este regalo, Tangaroa prometió al paua una gama de colores cambiantes, desde el violeta etéreo del amanecer hasta los rosados envolventes del atardecer. Sin embargo, cuando las demás criaturas marinas descubrieron este don divino, surgió la envidia. Movidas por los celos, atacaron la concha recién creada y la rompieron en innumerables fragmentos.
Decidido a proteger su creación, Tangaroa reforzó entonces la concha del paua con capas sucesivas de los azules más profundos de los abismos, los verdes más densos de las copas de los árboles y los tonos rosados y dorados de los crepúsculos. Para asegurar su supervivencia, le otorgó además un exterior discreto, en tonalidades grises y marrones, que le permitiera camuflarse entre las rocas y fundirse con su entorno marino.
Así protegido, el paua se convirtió en el guardián de su propia concha, enriqueciéndola a lo largo de su vida al superponer pacientemente capas de nacre hasta crear una obra única. Solo al final de su existencia, cuando deja atrás su concha vacía, se revela plenamente el esplendor de los colores acumulados, como testimonio de un ciclo de vida marcado por la generosidad y la armonía entre el mar y la tierra.
A lo largo de la extensa historia de la humanidad, distintas culturas han atribuido a la paua, también conocida como abulón, diversas propiedades, virtudes e interpretaciones de carácter curativo o simbólico. Los elementos aquí presentados se inscriben en un enfoque cultural, histórico y descriptivo, cuyo objetivo es ilustrar la relación particular que se ha ido construyendo progresivamente entre este molusco iridiscente y las sociedades humanas a lo largo de los siglos. Al igual que en los ejemplos anteriores, esta información forma parte de una aproximación científica e histórica. En ningún caso constituye una recomendación terapéutica o médica, ni refleja convicciones personales.
Por favor, tenga en cuenta que todas las propiedades curativas presentadas de las piedras provienen de tradiciones antiguas y de diversas fuentes culturales. Esta información se proporciona únicamente con fines informativos y de ninguna manera constituye un consejo médico. En caso de algún problema de salud, se recomienda consultar a un profesional calificado.
Lista de piedras que empiezan con la letra:
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z Index
Para aprender más sobre litoterapia te recomendamos los siguientes libros:
NUESTROS SERVICIOS
Envío gratis
Pedido personalizado
Preguntas frecuentes
Reseñas de clientes
Términos y condiciones de venta
CONSEJOS Y RECOMENDACIONES.
Buscar en el sitio
Enlaces
Limpia tus joyas
Para orejas sin perforar
Pedido personalizado
Tu joyero te recomienda
Tu talla de dedo